Eso lo lleva mi mujer

• Oiga, ¿es usted el padre de Fernandito?
• Sí, dígame
• Soy Merce, la tutora de su hijo.
• Ah, de algo me sonaba su nombre.
• Mire, el niño no lleva el estuche con el material y muchas veces no trae los ejercicios hechos.
• Pues ni idea, porque esas cosas las lleva más mi mujer…

(Cara de Merce entre escéptica, incrédula y atónita, todas esdrújulas)

Evidentemente, éste es un diálogo ficticio e inventado que no tiene nada que ver con la realidad. Ésta es todavía más dura en muchas ocasiones. Los temas de los cuidados de las personas son cosas de las mujeres y el macho ibérico bastante tiene con llevar el sueldo a casa.

• Sí, pero muchas mujeres también llevan el sueldo a casa
• Y además de eso, se siguen ocupando de los niños en muchas de sus dimensiones
• No solo de los niños, también de los mayores

Vemos las estadísticas de las carreras universitarias y los grados de formación profesional y comprobamos que las que tienen que ver con el cuidado de otros, son elegidas mayoritariamente por mujeres.

• En la Iglesia también hay un porcentaje altísimo de mujeres
• Sí pero luego poco pinchan y cortan
• Pero si pueden leer las lecturas, cantan, limpian las iglesias…
• Sí, ya, pero poquito más…

¿Cuidan mejor las mujeres que los hombres? No parece que el género determine una mayor calidad del cuidado hacia los demás. Lo que sí que parece es que culturalmente se ha dado ese rol a las mujeres. Quizá fue necesario en momentos de la historia, como por ejemplo en la época de los mamuts y los velociraptores, donde el hombre cazaba y la mujer tenía que cuidar de la prole… Pero como así parece, es una cuestión educativa en la que la familia y la escuela son fundamentales. Las dos, una con la otra, otra con la una.

El gobierno de nuestra nación es contradictorio. La paridad no debería ser una cuestión meramente ideológica (que la mitad de lo que sea sean mujeres), sino de calidad, de competencia, se sabiduría, de capacidades…. Y eso se fomenta y se cuida. A veces el gobierno habla de igualdad hasta desgastar la palabra y luego en los anuncios de juguetes en navidades, en la mayoría de los casos, los coches y monstruos son anunciados por niños y las muñecas por niñas. De ésto sé algo, que estoy en la condición del ejercicio de la paternidad.

• Papá (me dice mi hijo mayor que tiene doce años). En el recreo los niños jugamos al fútbol y las niñas no.
• Entonces, ¿qué hacen las niñas?
• Pues pasean y hablan de nosotros.

Ésto de la familia y el cuidado de los hijos y padres está demasiado centrado en que “es cosa más de mi mujer”. Pero creo yo, y me atrevo a decir, que esto debería ser cosa de papá y mamá o de macho y hembra. Y si el macho no sabe, puede aprender. Porque al final, el cuidado compartido es más rico, mejor, y más eficiente y eficaz.

• Oiga, si hijo para el campamento tiene que llevar una mochila con saco de dormir y esterilla
• Ya se lo diré a mi señora, que eso lo lleva mi mujer
• Tenga en cuenta que si hija tiene que abrirse a hacer amigos nuevos y a colaborar en todo lo que se le pida en el campamento
• Sí, eso lo lleva más ella
• Y no se olvide de mandar un correo electrónico con los datos de alergias y dietas de su hija
• Sí, sí, eso lo lleva también mi mujer.
• Ah, pues hablaremos directamente con ella
• Lo que sea, estamos para ayudar en lo que haga falta. ¡Para eso estamos!