El Mene, el lujo de unos naturales

Por Paco Cañamero

Ciudad Rodrigo acogió en sus calles durante este ‘domingo gordo’ a una muchedumbre llegada de media España. A miles de personas que abarrotaban todos los rincones mirobrigenses divirtiéndose en un ambiente sano y de alegría que invitaba a quedare a vivir entre la magia que guardan las viejas piedras de la ciudad. Y este ‘domingo gordo’ también es el día del Bolsín, en el que los finalistas del certamen viven la deseada oportunidad tras superar las diferentes eliminatorias en las semanas anteriores.

Como es habitual, la tarde del domingo, tradicionalmente, es la gran oportunidad para los triunfadores del Bolsín Taurino en ese día que la institución celebra su jornada grande, en la que goza de todo el protagonismo y lo hizo arropando a estos cuatro jóvenes que atesoran tan buenas mimbres y tuvieron delante un magnífico encierro que abrió las puertas al triunfo en sus nacientes carreras toreras. Por eso había que estar allí pronto y coger un buen sitio para ver las evoluciones de las promesas protagonistas del festejo de la tarde y ver también el tradicional paseíllo desde el Monumento al Maletilla, en el llamado Árbol Gordo hasta el mismo maderamen de la plaza, con los bolsinistas y toreros.

Se lidiaron reses de Valrubio, llegadas desde tierras de Gejuelo del Barro, en el partido de Ledesma, con su sangre Vega Villar, reflejada en los bonitos pelajes que lucieron, que es una de las características morfológicas de este encaste. Sin embargo no hubo buen principio, porque el que abrió plaza fue de comportamiento bronco, donde lo mejor de su matador, el pacense Sergio Domínguez fue el buen uso con la espada, al acabar con él de un señorial volapié. Del resto poco que poco que contar.

El segundo novillo, berrendo en negro, noble y repetidor, fue de una magnífica condición y con unas condiciones tan buenas que, en gran medida, fueron aprovechadas por Íker Fernández Aliagas, apoderado El Mene, un chaval de Zaragoza adscrito a la Escuela de Salamanca, que toreó de manera superior al natural, donde supo adelantar el engaño para traer toreado al eral, todo bajo el patrón del templo y con aroma del bueno. ¡Ojo al Mene, que tiene muy buen aire! Lo peor… lo de casi siempre, la espada, dejándose un claro triunfo por el uso de estoque y descabello. No obstante, fue obligado a dar la vuelta al ruedo, con el regusto de sus naturales muy presentes, poco después de que la plaza tributase a una gran ovación al ‘valrubio’ en el arrastre.

De Yunquera de Henares llegó Cid de María, al que le tocó un novillo noble, aunque flojo de remos, de Valdeflores. El alcarreño estuvo bien, aunque en un trasteo con altibajos, donde hubo varias series de interés. Remató con estocada delantero y contraria, de rápidos efectos y paseó un trofeo.

Cerro la tarde el salmantino Manuel Tabernero, a quien le tocó bailar con la más fea, un eral de Valdeflores, con pelaje melocotón, que desarrolló peligro y donde el chico mostró su firmeza y también decisión. Mató de pinchazo y estocada contraria para contar una oreja como premio a su decisión.

Finalizó el festejo y abandonaban los chavales el maderamen con las ilusiones cumplidas, mientras quedaba la esencia de los magníficos naturales del Mene, que fue lo mejor de una tarde. La de este ‘domingo gordo’ del Carnaval, que el Carnaval del Toro dedica a la Bolsín y Ciudad Rodrigo era una fiesta.

FICHA DEL FESTEJO

• Ganadería: Se lidiaron reses de Valrubio, el tercero y cuarto con el hierro de Valdeflores (de la misma casa ganadera). Más apagado y bronco el primero, al igual que el cuarto, el de peor condición. De buen presencia en general. Segundo y tercero de mucha calidad.
• Sergio Domínguez, de Bancarrota (Badajoz): Una oreja.
• Íker Fernández Aliagas ‘El Mene’: Vuelta al ruedo.
• Cid de María: Una oreja.
• Manuel Tabernero: Una oreja.

Llenazo en el coso taurino, en tarde nublada y de buena temperatura.