Miguel y José Ramón Cid Cebrián publican un “compendio de todo lo que conforma el Carnaval”

En la tarde del miércoles no hubo pregón, pero el Teatro Nuevo Fernando Arrabal de Ciudad Rodrigo albergó otro acto cultural precarnavalero: la presentación del libro que han escrito en torno al evento los hermanos Miguel y José Ramón Cid Cebrián, con el título de El Carnaval del Toro mirobrigense desde la tradición, porque como apuntó el segundo de ellos, “en el Carnaval del Toro todo es vieja tradición y solera; en el Carnaval mirobrigense se ha parado el tiempo y sólo aquí se puede disfrutar de la tauromaquia más primigenia”.

Miguel Cid Cebrián expuso que todos los años se edita el Libro del Carnaval, pero ellos han querido hacer, “por amor a la tierra, y al deseo de difundir el patrimonio cultural”, un “compendio de todo lo que conforma el Carnaval”. Desde el punto de vista del alcalde Marcos Iglesias, los hermanos Cid Cebrián “han realizado un análisis de la vida del Carnaval, de su historia”, llegando incluso a la edición del año pasado, considerándolo un “libro de consulta obligada, de utilidad para todos los que amamos el Carnaval”, porque “nos proporcionan más información sobre el Carnaval”.

Durante su intervención en el acto en el Teatro Nuevo, presentado por Silvia García Rojo, Miguel Cid Cebrián dio cinco pinceladas: citó el “pregón del derroche” que hizo Santiago Amón unos meses antes de fallecer (“contamos con su apoyo para salvar el Teatro”); evocó que el Carnaval lo han prohibido Papas, Reyes y políticos; mencionó el encierro a caballo (recordó cuando se recuperó tras ofrecerle el ganado los Panza, los Pichoga y los Perita); recordó lo que dijo el crítico de ABC Antonio Díaz Cañabate sobre el encierro; y planteó un “proyecto sugerente, para que el Carnaval se mantenga vivo entre mirobrigenses y turistas”.

Ese proyecto consiste en crear un Museo del Carnaval, lanzándole el guante a Marcos Iglesias (que escribe el saluda) y Gonzalo Santonja (que se encarga del prólogo) de un libro con fotografías de varias épocas, algunas inéditas pertenecientes al archivo personal de los autores, según explicó José Ramón Cid Cebrián. El alcalde dijo que “en algún momento hay que abordar ese planteamiento”, desvelando ‘a cambio’ que el Ayuntamiento ha presentado, a una convocatoria de subvenciones para rehabilitar edificios BIC, un proyecto para la “musealización de los toriles” de la Casa Consistorial, para que puedan ser visitados.

Por su parte, el consejero de Cultura de la Junta, Gonzalo Santonja, dijo que “está bien que se piense el Museo, que debe ser ambicioso” (anunció que “cuenten con mi colaboración”), pero lo considera ‘secundario’, ya que “lo primero es evitar lo de la muralla, que es un escándalo en ciernes que puede ser tan peligroso y desastroso; de momento vamos a actuar en la muralla que me parece una cosa terrible”.

Este comentario sobre la muralla fue una de las variadas cosas que comentó en su larga intervención Gonzalo Santonja, que más que del libro de Miguel y José Ramón Cid, habló del ‘suyo’: del hermanamiento que se hizo en su día entre Béjar y Ciudad Rodrigo, del proyecto de Siega Verde, de una pastelería que había enfrente de su casa en Béjar, de las Jornadas Taurinas que se están celebrando en el Conde Rodrigo, de la tradición (“no son las cenizas, sino las brasas”) o de la Ley del ‘Sólo sí es sí’. Incluso recitó el 11 inicial del Béjar de fútbol de vete a saber qué año cuando Marcos Iglesias, visto que se estaba yendo por los cerros de Úbeda, le picó para ver si le sacaba algún compromiso de arreglo del campo de fútbol.

Para más inri, lo poco que habló Santonja del libro (dijo como generalidad que “estos libros son absolutamente fundamentales, un país se conoce así”) fue para rebatir un par de cosas que han investigado y escrito Miguel y José Ramón Cid Cebrián, como que los Papas nunca han prohibido los toros. El consejero de Cultura dijo que “hay cosas que no estoy de acuerdo”.

Entre lo salvable de su ‘mitin’ (como lo calificó a la salida incluso algún concejal del Equipo de Gobierno), está que se declaró “incondicional” de la “causa” de Miguel Cid como presidente de la Asociación Taurina Parlamentaria y de José Ramón Cid como “estudioso imbatible de las tradiciones populares”. Finalizado el acto, las personas que habían acudido hasta el Teatro Nuevo (entre ellas buena parte de la familia bolsinista) tuvieron la oportunidad de empezar a comprar el libro en el hall a un precio de 15€.