Diagnósticos, etiquetas y estadísticas

Participamos en muchos congresos y eventos. En todos los sitios se oyen multitud de estadísticas. Personas que mueren en el Mediterráneo, trabajadores para construir los estadios en Qatar, mujeres víctima de la violencia de género, grados aumentados del calentamiento global…

Todo cifras generales a las que se acostumbra la población o con las que se polariza al interpretarlas.

Cuando hablamos de pequeños proyectos ecosociales como Santiago Uno, a nuestros chicos también le ponen diagnósticos psiquiátricos o etiquetas.

Quienes llevamos treinta años acompañando caminos para construir con ellos nuevas oportunidades nos olvidamos de esos números para centrarnos en la persona y buscar soluciones para la integración social. Aunque no me sorprende que muchas veces no quieran renunciar a costumbres de su cultura dónde las prioridades son otras como la familia.

El viernes celebramos el día de la infancia y me temo que ofendí a una profesora muy satisfecha de su trabajo. No dudé de su labor pero sí me sorprendía que niñas gitanas que sacaban dieces en primaria no titularan en la ESO. Igual que ha disminuido la mortalidad infantil en estas latitudes, los profesores y agentes sociales podíamos hacer algo distinto para que esto cambiara.

La Casa Escuela Santiago Uno ha establecido un compromiso con el barrio Puente Ladrillo y hace muchos años con muchas niñas de la etnia gitana. Con todo el respeto valoramos muchas singularidades culturales y nos vemos enfrentados en otras. Sin avasallar queremos apoyar las decisiones de las niñas a estudiar, a trabajar, a elegir sus relaciones, etc. Esto para ellas no suele ser fácil y tampoco para sus familias.

La labor de mediación durante años hace que seamos menos sospechosos y más aceptados entre las familias. No sé si nos ganaremos la confianza pero creo que saben que pueden contar con nosotros.

En la ludoteca apostamos por personas del barrio . Sería un éxito la participación de las adolescentes para hacer juegos con los niños y animarse ellas a estudiar, además de lo que ellas elijan en su vida de pareja o hijos. Tenemos algunas jóvenes madres que siguen estudiando y trabajando. Poco a poco pueden ver las guarderías como una opción.

Tenemos un año muy dedicado a la cultura gitana. Pero seguimos siendo mayoría payos. No me puedo olvidar el día de la infancia de Hadiya y sus hermanos en Marruecos donde nuestros chicos les construyeron la casa y seguimos apoyando su día a día. La responsabilidades con los niños deben ser definitivas y no pasajeras.