Fuentes de Oñoro dedica una calle a Julián Montero, ilustre hijo del pueblo

Reportaje gráfico: Adrián Martín

Las actividades festivas del lunes en Fuentes de Oñoro también incluyeron la inauguración de la nueva nomenclatura de la calle Panera, que fue aprobada en una sesión de la Corporación Municipal el pasado mes de diciembre. A partir de ahora, esa vía se denomina Calle Julián Montero, para que “no sólo su familia, sino todos los vecinos”, tengan un recuerdo permanente de “un hijo del pueblo que tanto hizo” por el mismo, según señaló durante el acto el alcalde oñorense, Isidoro J. Alanís, en presencia de toda la familia del homenajeado.

Resaltando que fue una persona “honrada, seria, trabajadora, como demostró desde pequeño”, Isidoro J. Alanís explicó que Julián Montero se marchó de Fuentes de Oñoro a Madrid a buscarse la vida, enrolándose en la Academia Militar, donde hizo carrera hasta llegar a ser teniente coronel. Dentro de esta vertiente, se recordó que, cuando existía la mili, Julián Montero ayudó a muchos jóvenes de Fuentes de Oñoro, colocándolos en su batallón. Más aún, los llegaba a acoger en su casa, como también evocó su hija Isabel: “de pequeña estaba rodeada de soldados de Fuentes de Oñoro; los hemos tenido en Astorga, en Madrid, y para mí era tener a Fuentes de Oñoro en invierno en casa”.

Como otros méritos, Julián Montero fue “la primera persona que investigó seriamente sobre la Batalla de Fuentes de Oñoro de 1811”. Al respecto, hizo un informe de fin de curso que le valió la Matrícula de Honor, y que sirvió a Fuentes de Oñoro para tramitar su declaración como Villa. Isidoro J. Alanís recordó que la persona que estuvo durante muchos años como sacerdote de la localidad, Don Agustín, fue quién instó a Julián Montero “a hacer todo el procedimiento para nombrar al pueblo como Villa y como Ilustre”. El alcalde también mencionó que Julián Montero fue uno de los promotores de los actos de conmemoración del 175 aniversario de la Batalla de Fuentes de Oñoro, que incluyeron la colocación de un monolito en la Iglesia.

Durante el acto de la mañana del lunes, la hija del homenajeado, Isabel Montero, expresó que “todos sus ancestros eran de este pueblo”, y que Julián Montero, “por donde estuviera, era de Fuentes de Oñoro”, llevándolo “no sólo con un orgullo bestial, sino en la sangre y los genes”, transmitiéndoselo además a todos sus hijos y nietos. En este sentido resaltó que “para mi padre vosotros eráis sagrados; y este pueblo era el mejor pueblo del mundo”. De hecho, recordó que su padre vino a morir al pueblo: “él se encontraba mal y nos lo ocultó” con tal de poder morir y ser enterrado en Fuentes de Oñoro.

Tras los parlamentos la hija y los bisnietos de Julián Montero ayudaron a Isidoro J. Alanís a descubrir la placa con la nueva denominación de la vía. Tras lanzarse vivas a Fuentes de Oñoro y España, todos los presentes (entre los que estuvieron autoridades civiles, representantes de las fuerzas de seguridad y el sacerdote Patricio José Luis) se fueron a tomar un vino español.