De la Plaza Mayor a la Plaza del Obradoiro: el desconocido Camino de Torres Villarroel

Además de dar nombre a un paseo en la capital salmantina, el Doctor Diego de Torres Villarroel emprendió un ajetreado camino hacia el noroeste, que lo llevaría por antiguas vías romanas y senderos medievales atravesando Portugal hasta la costa atlántica, para cumplir una promesa postrándose ante el Santo. Un exilio-camino que pretendía dejar atrás Salamanca y una forma de vida.

Esto sucedió en 1737 y, según cuenta su biografía, no fue la primera vez que Diego de Torres andaba por tierras lusas. Nacido en Salamanca y de inteligencia sagaz, su inconformismo, su curiosidad, la intelectualidad que lo aproximó del poder y la burlonería con que lo enjuiciaba lo llevaron a vivir en Madrid, Burdeos o Coímbra, emprendiendo el destierro varias veces.

La ruta realizada por esta singular figura de la vida salmantina -catedrático, matemático, escritor, alquimista, mago, sacerdote,…- ha fundamentado una nueva ruta jacobea que las entidades portuguesas Dirección General de Patrimonio y Cultura del Norte, Turismo Porto y Norte de Portugal y Turismo de Portugal están encargándose de certificar.

La Universidad de Salamanca también se ha implicado en el proceso de identificación, adecuación, monitorización y promoción de este camino que lleva a Compostela.

Con 567 kilómetros divididos en 23 etapas, une Salamanca con Santiago de Compostela, vinculando así dos ciudades Patrimonio de la Humanidad y pasando por una tercera con esta clasificación: Guimarães. Además, atraviesa lugares clave en la identidad religiosa hispano-lusa, como Ciudad Rodrigo, Lamego, Tarouca, Amarante, Guimarães, Braga o Tui.

Conecta con otros caminos principales, como el Camino de Santiago Central Portugués, el Camino Portugués del Litoral y la propia Vía de la Plata o la Vía Dalmacia. Senderos antiguos aprovechados en el medievo para peregrinar a Santiago y recuperados más recientemente con el auge de las rutas jacobeas, transitadas ya no exclusivamente por razones religiosas, ahora también por otras motivaciones personales.

Tratándose de la sección Portugal, nos referiremos al Camino de Torres esencialmente desde el punto de vista de los territorios que atraviesa en Portugal. Esta nueva ruta jacobea está siendo puesta en valor de forma concreta desde el año 2017. Ha sido objeto de estudio e identificación por parte del historiador Paulo Almeida Fernandes, con una posterior fase de señalización, monitorización y divulgación. Fue presentada oficialmente en junio de 2021.

El Camino de Torres interesa mucho en Portugal. Constituiría la cuarta de las variantes de la ruta jacobea portuguesa, atravesaría territorios interiores del norte menos conocidos y aprovecharía un flujo viajero en auge que, además, está en sintonía con una forma suave de viajar, con bajo impacto contaminante en el territorio y mejor conocimiento del medio.

Para estas fases iniciales de certificación, se habrían invertido más de un millón de euros, de los que casi el 90% ha sido financiado por fondos europeos y el resto por el Estado portugués, según informa la CIMDOURO, una de las cinco comunidades intermunicipales del norte de Portugal implicadas en este proyecto.

Los 567 kilómetros del Camino de Torres atraviesan paisajes diversos: la dehesa salmantina, los paisajes graníticos del río Côa, el altiplano de la Beira, las encostas del Douro vinatero, la mudanza de paisaje que supone la Serra do Marão y las tierras verdes y fértiles del Minho portugués, entrando en Galicia por Tui.

En Portugal pasa por 15 municipios, uniéndose al llegar al Douro con el camino portugués que viene del sur.

Esta ruta atraviesa muchos puentes que conectan tierras, avistando y dejando atrás muchos ríos, pequeños y grandes, casi todos afluentes del Duero. Como el Tormes, el Côa, el Távora, el Varosa o el Tâmega. Y otros dos ríos internacionales igual que el Duero: el río Limia y el Miño.

Catedrales, puentes romanos y medievales, santuarios marianos, capillas, monasterios y ermitas, muchos son los ejemplos arquitectónicos de todas las épocas y estilos relacionados con Santiago a lo largo del Camino de Torres.

Este itinerario conecta auténticos bastiones de la religiosidad del noroeste ibérico: las dos catedrales de Salamanca y su cantidad de iglesias; la Catedral de Santa María de Ciudad Rodrigo; el monasterio de São João y el de Santa María de Salzedas, en Tarouca; el Santuario de Nª Sª da Lapa, uno de los centros de peregrinación de masas existentes en Portugal, situado en Sernancelhe; el Santuario de Nª Sª dos Remédios de Lamego y del Bom Jesús de Braga, conocidos por sus impresionantes escalinatas; o la Catedral de Tui, también dedicada a Santa María. En muchos de estos templos encontramos la presencia del apóstol en imágenes.

También estelas, conchas, cruces. El camino como desafío, como exploración del mundo interior y exterior más allá de los límites de la zona de confort, como el peregrinaje por la vida que desarrolló Diego de Torres Villarroel, movido siempre por la curiosidad.