El sector de las fiestas populares necesita personal cualificado y que les tomen “más en serio”

La crisis sanitaria desatada por la COVID-19 llegó en 2020, y con ella la necesidad de reducir al máximo la vida más allá del portal de casa. La Asociación Española de Agencias y Profesionales del Espectáculo (ACOPLE) nació “en un periodo tan complicado como el inicio de la pandemia, donde nos quedamos prácticamente sin trabajo” contextualiza Esteban Piñero, presidente de la misma. Aunque precisamente ese parón es el que les permitió detenerse para aunar fuerzas como colectivo.

Lo primero de lo que se prescindió fueron los espectáculos para evitar las aglomeraciones, también es lo último que se ha vuelto a retomar con relativa normalidad. Dos años después de su nacimiento, aún se encuentran con escollos por los meses de inactividad: falta personal cualificado, tanto técnico como artístico. “La gente que durante estos dos años ha estado totalmente parada se ha tenido que buscar otro tipo de actividad”, se lamenta Esteban.

Necesitaban “unir al sector”, el de las fiestas populares, uno tan grande que incluye a cantantes, bailarines, músicos, magos, DJs, agencias o técnicos de diferentes ramas. Todos ellos comparten necesidades comunes y juntos reivindican mejores condiciones laborales, mayor regulación y acabar con la competencia desleal y el intrusismo.

Se enfrentan a los problemas que caracterizan a cualquier ciudadano, ahora el encarecimiento de los productos. Sin embargo, destacan que por la naturaleza de su trabajo, están acusando más “el problema tremendo con la subida de los combustibles”. Su itinerancia por los pueblos y sus fiestas se desarrolla en camiones, autobuses y furgonetas.

Reclaman “profesionalizar” el sector en materia organizativa y de seguridad para que se les tome “más en serio”. Esteban compara las actuaciones de una orquesta con las de “cualquier otro artista”, y un tratamiento desigual que no entiende dentro del mundo del espectáculo. Aunque “se va consiguiendo”, el presidente de ACOPLE cree que “la asociación es más necesaria que nunca: tenemos que encontrar una voz, seguir una dirección”.