Mirobrigenses de todas las edades disfrutan del primer gran Lunes de Aguas tras la pandemia

Ciudad Rodrigo disfrutó desde la hora de comer del lunes de la clásica celebración del Lunes de Aguas, que en esta ocasión ya se pudo desarrollar con total normalidad, después de que el año pasado todavía se viera encorsetada por la pandemia del coronavirus (por ejemplo estaba vigente el toque de queda a las 22.00 horas), lo que hizo que hubiera menos ajetreo del habitual por el principal lugar de celebración en la ciudad, el entorno del río Águeda.

En este 2022, después de que incluso las mascarillas ‘hayan pasado a mejor vida’, el Lunes de Aguas volvió a sus cauces habituales en Ciudad Rodrigo, más aún teniendo en cuenta que el cielo estuvo totalmente tranquilo, alternándose el sol con las nubes, pero sin riesgo de lluvia. El único inconveniente meteorológico fue que sopló un poco de viento, pero éste acabó por cesar sobre las 20.00 horas, lo que permitió que el tramo final de la tarde también tuviera una temperatura muy agradable.

Siguiendo la tradición, la isla de El Picón fue el epicentro principal de la concentración de mirobrigenses al aire libre para comer el hornazo, estando ocupadas todas las mesas fijas de la isla, además de desplegarse unas cuantas portátiles, así como toallas para directamente tumbarse en el suelo. De igual modo, estuvieron muy concurridas las mesas y sillas de la caseta-bar fija de El Picón.

Como ya ocurrió el año pasado, la celebración del Lunes de Aguas a orillas del Águeda se extendió de forma notable a la vecina Alameda Vieja, aprovechando el adecentamiento de la misma realizada en los últimos tiempos. En esta Alameda, se pudo ver por lo general a más familias, mientras que en El Picón hubo más grupos de jóvenes (apostando unos cuantos de ellos por darle al balón).

Buena parte de las personas de todas las edades que se acercaron hasta el entorno del río lo hicieron en coches, lo que propició que se llenasen las plazas de aparcamiento de la Avenida de La Concha y el primer parking de La Concha. Esos vehículos fueron necesarios para transportar todos los enseres llevados hasta la zona para disfrutar de la tarde, incluido planchas de butano para asar carne en el lugar (las barbacoas de la Alameda también estuvieron en funcionamiento).

Aquellos que no quisieron salir al aire libre, celebraron el Lunes de Aguas a lo largo de la tarde en lugares privados, propiciando en todo caso que la zona urbana de Ciudad Rodrigo quedase más bien desierta, con los establecimientos comerciales, y buena parte de los de hostelería, cerrados (en la Plaza sí hubo abierto alguno, así como la Heladería). En ese recinto amurallado se pudo ver por cierto a algún que otro turista, mientras que la zona infantil de La Glorieta recibió también a algún que otro niño, pero nada que ver con cualquier otro día.