La Media Maratón retorna con menos participantes, mismas emociones y más ritmo
Alcanzaron la Plaza Mayor mirobrigense 280 atletas en la modalidad individual y 23 en la modalidad por relevos
La gran fiesta del atletismo en la comarca mirobrigense, la Media Maratón entre Sancti-Spíritus y Ciudad Rodrigo organizada por los clubes Rincón Oeste y Cazahítos, pudo por fin en la mañana del domingo celebrar su XV edición, tras dos años de vacío por culpa de la pandemia del coronavirus. Este retorno supuso además volver a la fecha habitual del último domingo del mes de abril, después de que en 2019 se retrasase una semana, al primer domingo de mayo, por las Elecciones Generales celebradas en la fecha clásica de la prueba.
Después de unos días de meteorología complicada en toda la comarca, que se temía que se pudiera extender a la jornada dominical (algunas previsiones en los días previos apuntaban a ello), el sol lució durante toda la mañana, con una temperatura que fue creciendo, hasta hacer muy agradable la llegada de los atletas a la Plaza Mayor mirobrigense tras recorrer los habituales 21,097 kilómetros desde la Plaza de Sancti-Spíritus, donde hubo un gran ambiente en la salida.
Quizá esas temperaturas más ‘templadas’, sin mucho frío ni mucho calor, favorecieron que el ritmo de la prueba fuese bastante interesante, estando a punto el ganador en categoría masculina, Javier Alves Vas, de batir el récord histórico: se quedó a sólo 7 segundos de la 1h.07’56” que firmó Roberto Bueno en la Media Maratón del año 2016. En 2ª posición quedó el ganador en la anterior edición celebrada (en 2019), Alberto Marcos, dándose la circunstancia de que los 5 primeros de este año firmaron mejores tiempos que el 2º clasificado de hace 3 años.
En categoría femenina, la vencedora, Lourdes Lobato Benito, se quedó con 1h.21’56” lejos del ya longevo récord de la prueba que ostenta Gema Martín Borjas desde el año 2014 con 1h.17’38”. A partir de ahí se inició tanto en chicos como en chicas, y tanto en la categoría individual como por relevos, un largo reguero de entrada de atletas en meta, alcanzando finalmente la Plaza Mayor mirobrigense un total de 280 atletas en la modalidad individual y 23 por relevos, lo que supone un notable descenso respecto a los 374 en modalidad individual y 29 por relevos que cruzaron la meta en 2019.
Respecto a esta bajada, hay que recordar que en la presentación se achacó a que todavía se está recuperando la normalidad en el ámbito de las carreras tras la pandemia. A diferencia de lo acontecido en la anterior edición, cuando 4 atletas llegaron fuera de control (es decir, superando las 2h.15’ fijadas como máximo para completar la carrera), este año todos entraron en tiempo, llegando en el penúltimo minuto posible el último corredor, que se entretuvo un poco a hacerse una foto justo antes de cruzar la línea de meta.
Como es tradición, en la llegada a la Plaza Mayor mirobrigense se vivieron bastantes momentos de alegría y emoción, entrando varios atletas acompañados de niños pequeños a quienes recogieron unos metros antes (un niño llegó a entrar dos veces, suponemos que con dos familiares diferentes). Además, otro niño entró empujado en un carrito por su padre tras hacer así toda la carrera, recibiendo ambos la medalla de Finisher que se otorgó este año como novedad a todos los que completaron la Media Maratón.
Junto a la medalla, en el momento de entrar en meta todos los corredores recibieron la clásica bolsa del corredor (que llevaban preparadas desde primera hora en la Plaza), recogiendo asimismo las bolsas con sus pertenencias aquellos que se las habían dado en Sancti-Spíritus a los Bomberos Voluntarios, que una vez más estuvieron involucrados en la carrera junto a efectivos de la Guardia Civil, Policía Local o Cruz Roja, así como numerosísimos voluntarios desplegados por todos los puntos de la prueba.
Nada más cruzar la meta el último atleta, que llegó escoltado por los habituales vehículos de la organización, comenzó la tarea de desmontaje de toda la infraestructura desplegada en la Plaza Mayor, que se desarrolló a un ritmo frenético, para posteriormente hacer lo más rápido posible la entrega de premios en el Pabellón de la Avenida Conde de Foxá (que se puede encontrar en una información independiente).