“Aunque en apariencia parezcan estar bien, hay gente que ha pedido ayuda psicológica”

Con el objetivo fundamental de ayudar de la mejor manera posible a las personas que llegan hasta Salamanca procedentes de la guerra de Ucrania, Sheila Largo y Ana Isabel Calzada, técnicos de inclusión social del área de Bienestar Social, explican cuál es el procedimiento de atención que se sigue.

Desde que ACCEM (la entidad encargada de coordinar la llegada de personas refugiadas a Castilla y León), tiene conocimiento de la llegada de estas personas se lo comunica a la dirección de área de bienestar social. A partir de este momento, una vez que llegan con el autobús se realiza una primera toma de contacto con una recepción y orientación inicial. “Aquí se les explica que ya han llegado, dónde se encuentran, la situación”. En ese momento se les proporciona el alojamiento y la manutención. En Salamanca se han habilitado dos lugares que acogen en total a 81 personas: el albergue Lazarillo de Tormes y Proyecto Hombre.

Tras esto, se comienza con la regularización y documentación de estas personas. Se le proporciona un primer contacto con los servicios sanitarios, una vez que llegan se les hace un chequeo médico para conocer su historial, su situación, antecedentes, tratamientos activos… Se les otorga una tarjeta provisional hasta que les llegue la tarjeta sanitaria. “Había casos con carácter urgente, llegó gente que tuvo que ir directamente el médico: una mujer que había dado a luz a una niña hace pocas semanas, un niño que llegaba con un problema de oído o un hombre que venía con una lesión de bala y tuvo que ir al hospital porque después de tanto tiempo estaba infectada”. Los protocolos que siguen están cuidados para que todo sea lo más sencillo posible. Cuando llegaron, a todos se les hizo una PCR y se les ofrecía vacunas quienes no la tenían. “Sanidad ha respondido muy rápidamente”.

En este segundo paso, también se les ha proporcionado la ayuda necesaria para poder registrarse en el padrón municipal y se ha empezado a trabajar en la escolarización de los menores. “Se ha considerado oportuno que empiecen las clases después de las vacaciones, pero viendo las necesidades de cada uno”.

Tras esto, se realiza una entrevista personalizada. El objetivo es obtener información que permita detectar si hay necesidades y en qué medida se pueden atender. “Vienen de una situación muy complicada, aunque en apariencia los veas bien, pero hay gente que ha pedido ayuda psicológica”. También atención laboral en la medida de lo posible “conocer que formación y experiencia tienen”.

Que aprendan el idioma es fundamental, y para ello actualmente, a través de la Universidad de Salamanca, los mayores de 17 años tienen clases de español de 11:15 a 13:15. Mientras los adultos van a las clases, los niños tienen un servicio de ludotecas. A los menores de 17 se les va a facilitar por otra vía el aprender el idioma. “Hay que tener en cuenta que los niños cuanto mas pequeños más fácil aprenden un idioma”.

Otro paso es el conocimiento del entorno, que conozcan la ciudad, dónde están, para que les sea más sencillo adaptarse.

Como último paso estaría la integración en el entorno comunitario, donde juegan un papel fundamental los C.E.A.S. (Centros de acción social). Se estudia que posibilidades de apoyo económico hay: si hay viviendas y en qué medidas, también a través de los programas socio comunitarios donde ellos puedan participar en todo tipo de actividades…. “Que puedan contribuir de alguna forma a su integración”.