El añorado corredor verde en las orillas del río Tormes.

El Tormes +, el gran proyecto urbanístico y ambiental de este mandato municipal, enfila su fin. Algún mal pensado señalaría su casual coincidencia con las próximas elecciones municipales. Pero es inevitable, alguna vez tendrá que acabar, y su ejecución ha sido muy razonable. No como el Life Vía de la Plata, tan publicitado como inédito en el terreno (y mejor así en su paso por el casco urbano). Indudablemente la parte occidental de la margen izquierda mejora, aunque sigue sin ser un espacio urbano realmente cohesionado.

El viejo deseo de un corredor verde en las orillas del río Tormes puede ser la gran aportación de este proyecto, pero hay otras cosas interesantes. Como la reurbanización del antiguo pueblo de Tejares, modelo exportable a varios barrios periféricos de la ciudad. O pasar de la nada al todo en huertos urbanos. Junto a la ampliación de algunas pasarelas, con solución discutible en algún caso, y una nueva muy sugestiva. Lo peor es el encaje de la bicicleta, con diseños de rutas rayando en el despilfarro por su inutilidad, otra evidencia más de lo que le cuesta a este Ayuntamiento entender la movilidad sostenible.

^{Imagen actual de un camino junto a la nueva zona urbanizada de El Marín.}

La estrategia Tormes + tiene mucho del fallido, por desidia e incapacidad del entonces alcalde y ahora presidente de la Junta, y deseado Plan Especial de Protección del río Tormes y El Zurguén. Expurgado convenientemente del espacio para autocaravanas donde hoy están los huertos urbanos, no muy del gusto de algún avispado empresario salmantino. Para eso dejan un embarrado y desordenado aparcamiento debajo del Puente de Sánchez Fabrés, no muy favorecedor precisamente de la continuidad peatonal y ciclista junto al río.

^{Vista desde la nueva pasarela entre Huerta Otea y los huertos urbanos.}

Según la consabida nota municipal “no sólo permitirá mejorar la calidad medioambiental de la ribera y transformarla en un espacio para el ocio y la práctica de hábitos saludables, sino que también permitirá el desarrollo de actividades económicas que generen riqueza y oportunidades de empleo en torno al aprovechamiento recreativo y turístico de la zona, configurando el río Tormes como un espacio de oportunidades.” No sé si entre esto último está la bonita e ilegal “laguna” del parque de maquinaria, o el minúsculo sendero dejado por el recinto deportivo de la Universidad.

^{Entre la espesura del fondo se esconde el ilegal Parque de Maquinaria.}

El mayor problema del corredor verde está a partir de aquí. Para la nota municipal, y atribuido al Alcalde, “culmina la integración del Tormes en la ciudad para ser un espacio disfrutable por salmantinos y turistas a través de 13 kilómetros de riberas desde La Salud hasta Santa Marta de Tormes, que cohesiona barrios y proporciona desarrollo para sus habitantes, abriendo al río las puertas del sur de Salamanca.” La realidad lo cuestiona un tanto.

En la margen derecha el nuevo muro de 600 metros sin accesos del reciente Paseo de la Transición no favorece precisamente la integración. Ni es posible la continuidad por la orilla del río entre el Hospital y el puente de Sánchez Fabrés. Desde aquí sería deseable replantear ese otro muro, más vistoso y accesible eso sí, hasta el Puente Romano. Pasando a la margen izquierda, el desmesurado diseño, e innecesario, de la Vía Helmántica tampoco ayuda a la accesibilidad del corredor verde, sin continuidad además en el entorno del ferroviario puente del Pradillo. Y mientras nuestro diligente Ayuntamiento programa la rápida solución a estos inconvenientes, veremos crecer los numerosos árboles pintados en la Presentación donde la pizarra aflora.