Hora de pensar en el futuro de Salamanca

Después de dos semanas de campaña electoral, y algunas más de precampaña, por fin llegó el día en que tanto leoneses como castellanos acudamos a las urnas para elegir la nueva composición del parlamento autonómico, para que elijamos, en definitiva, los 30 procuradores que designa la Región Leonesa y los 51 que elige Castilla la Vieja en unas Cortes de Castilla y León compuestas de un total de 81 parlamentarios.

Son unas elecciones autonómicas sin duda diferentes, pues es la primera vez que se celebran sin ir ‘pegadas’ a las elecciones municipales, lo que sin duda les da un carácter diferente, pues es probable que la abstención sea mayor, dado que los comicios locales arrastran una mayor participación del electorado.

Por nuestra parte, en la provincia de Salamanca elegiremos 10 representantes en las Cortes autonómicas, que saldrán de entre las 14 candidaturas que se presentan por la provincia, si bien las encuestas apuntan que las que tienen opciones de alcanzar alguno de los escaños salmantinos serán seis formaciones (PP, PSOE, Vox, Podemos, Cs y UPL), con el resto de formaciones ya más descolgadas en la pugna electoral, y presumiblemente logrando solo cuatro partidos representación por la provincia.

En todo caso, aunque según encuesta de El Último Escaño, el último procurador en liza en Salamanca podría disputarse entre UPL y Podemos, en vista de que otras encuestas les otorgan 3 escaños en la comunidad a ambas formaciones, para lo que sí podrían ser decisivos los votos salmantinos (independientemente de quién obtenga ese último procurador salmantino) es para que puedan formar un grupo parlamentario propio, dado que se exige ese número de escaños y, paralelamente, alcanzar el 5% de votos a nivel autonómico, algo en lo que Salamanca podría ser crucial.

En este aspecto, aunque un grupo parlamentario propio pueda parecer un asunto baladí, lo cierto es que otorga derecho a registrar más iniciativas en Cortes como Proposiciones No de Ley, estar presentes en todas las comisiones sectoriales de dicho parlamento (pudiendo en ese caso, intervenir en ellas y reclamar cuanto se estime oportuno), además de tener derecho a más tiempo de intervención en los plenos. Algo para lo que Salamanca puede ser decisiva, especialmente en el caso de UPL, que rozaría ese 5% necesario en el conjunto de la comunidad, bailando entre el 4’6% que le da el CIS y el 5’0% de El Último Escaño.

Sea como fuere, y más allá de poder resultar más o menos decisivos para la configuración de las Cortes o de sus grupos parlamentarios, lo cierto es que estas elecciones nos exigen pensar en el futuro de Salamanca, y plantearnos a la hora de enfocar nuestro voto qué queremos para nuestra provincia.

Una provincia cuya deriva socioeconómica camina por la senda del declive, para frenar el cual hemos de buscar las fórmulas que nos permitan afrontar el futuro con mayor esperanza que el oscuro presente en que nos hallamos. Hemos de darle la vuelta a la tortilla por el bien de Salamanca y encauzar la situación de la provincia.

Y con la mente en ello, hemos de emitir nuestro voto, que es la herramienta que tenemos los ciudadanos de a pie para intentar mejorar las cosas. Por ello, que cada uno dé su voto y confianza a la formación que crea va a ser la mejor opción para los intereses de Salamanca, pues de nuestro voto dependerán los próximos cuatro años. Unas elecciones que cabe recordar que no son generales, sino autonómicas, por lo que se juega una liga distinta a la nacional. En todo caso, esperemos que, salga lo que salga de las urnas, sea en beneficio de todos los salmantinos y nos permita reactivarnos como provincia.