La perspectiva del cereal

La de la Asunción es la fiesta patronal de media España. No hay comarca, a lo largo y ancho de nuestro país, en la que alguno de sus pueblos no celebre esta fiesta como la más importante del año.

Decía Julio Caro Baroja, en 'El estío festivo', uno de sus tres libros sobre las celebraciones españolas, que es la fiesta del cereal. Y, qué curioso, el cereal, que está siempre relacionado con la fecundidad, así como con el tiempo cíclico de muerte y resurrección, está cristianizado en esta fiesta femenina en honor de la Virgen María.

A mediados de agosto, todas las tareas de siega, trilla recolección del grano y de la paja, ya han terminado. Y, en honor de que ya los silos y trojes domésticos están llenos y de que, por ello, no faltará el pan a lo largo del año, se celebra esta fiesta femenina en honor de la Asunción de la Virgen a los cielos.

La perspectiva del cereal es una perspectiva ?aquí, también, Julio Caro Baroja, de nuevo? de cristianos viejos, libre de toda sospecha. Estamos ante un cultivo de secano, ante un cultivo que, a lo largo de la historia, generó en todo el mundo mediterráneo misterios y religiones.

Tenemos en Grecia los misterios de Eleusis, cuyo emblema era la espiga. En tales misterios iniciáticos, aparece, ya en el mundo clásico antiguo, el concepto de resurrección. Como también tal concepto ?y pasamos ya al ámbito semítico? es clave en el cristianismo; religión que ?recordémoslo? nace de una última cena en la que se sacralizan el pan y el vino.

La perspectiva del cereal. Una perspectiva de cultivo de secano, vinculada en nuestra historia con los cristianos viejos. Porque la cultura de regadío, la cultura de los hortelanos, que introdujera el mundo islámico en nuestro país, ha sido siempre una cultura sospechosa, de la que la España de los que alardeaban de limpieza de sangre no se fiaba. Américo Castro nos enseñó mucho en torno a estas cuestiones.

En todo caso, el pan está sacralizado en nuestra cultura y constituye un verdadero cronotopo en todos los lugares españoles y del mundo católico. El pan consagrado, que se guarda en el sagrario de cada parroquia, es el cuerpo de Cristo. Su fiesta principal es la del Corpus Christi. Cuando una persona está en la antesala de la muerte, se le lleva a su casa, para darle el viático? Manifestaciones todas ellas de nuestro mundo de celebraciones, que hunde sus raíces en todo lo que venimos diciendo.

Como también, la fiesta de la Asunción de la Virgen María a los cielos, que hoy celebra media España como fiesta patronal, pese a que no lo sepamos es una nueva sacralización festiva de la perspectiva del cereal de la que venimos hablando.

Porque el existir de todos se mueve de continuo en los parámetros de nacimiento, crecimiento, desarrollo vital, envejecimiento, muerte ¿y resurrección? Este último concepto llega hasta nosotros por una doble vía: clásica y semítica. Tal insistencia tendría que hacernos reflexionar a todos.

José Luis Puerto