Jóvenes mirobrigenses reclaman un lugar donde poder estudiar para los exámenes finales
Imagen de uno de los períodos en los que estuvo abierta el aula principal del Edificio Educativo
El único lugar actualmente accesible es la Biblioteca de la Casa de la Cultura, con sólo 8 espacios y de lunes a viernes
El calendario está agotando las últimas páginas de mayo y por ende se va a entrar en el mes de los exámenes por excelencia, junio, con citas tan clave como la Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (la temida Selectividad) del miércoles 9 al viernes 11. Sin embargo, a día de hoy, los jóvenes mirobrigenses no tienen ningún lugar donde poder estudiar con tranquilidad en Ciudad Rodrigo, como ya han empezado a reflejar varios de ellos en sus redes sociales a modo de protesta.
Hasta que estalló la pandemia, los jóvenes mirobrigenses venían contando desde diciembre de 2015 con espacios para estudiar tanto en el período navideño de vacaciones escolares como en la época previa al fin de curso. En el año 2019 hubo incluso salas de estudio operativas de forma permanente desde Navidad hasta junio, y era algo que se estaba haciendo también en 2020 hasta que estalló la pandemia a mediados de marzo.
Desde entonces, las restricciones sanitarias han impedido muchas actividades, pero lo cierto es que hace dos semanas el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo ya ha recuperado este tipo de usos con la reapertura al público de las salas para adultos de la Biblioteca de la Casa Municipal de la Cultura, donde se puede ir a leer, estudiar o consultar libros. Sin embargo, este espacio es claramente insuficiente para los jóvenes estudiantes, ya que sólo cuenta con 8 espacios disponibles, y además de lunes a viernes en unos horarios marcados.
De este modo, los jóvenes mirobrigenses reclaman al Ayuntamiento que habilite otros espacios, como funcionaron en su día distintas aulas del Edificio Educativo Municipal de la calle San Fernando o incluso el espacio del Palacio de Los Águila que fue en su día la Biblioteca Luso-Española de Teatro (que se habilitó como lugar de estudio poco antes de estallar la pandemia).
Entre los argumentos para defender esta reivindicación, los jóvenes se han fijado por ejemplo en que a mediados de junio va a echar a andar en Ciudad Rodrigo un taller de teatro intergeneracional, donde van a poder participar al mismo tiempo hasta 15 personas. De hecho, incluso dan soluciones para poder tener abiertas las aulas, como colocar un código QR a la entrada con un formulario de google para controlar quién está en el interior. Estos son algunos de los tweets publicados:
