“Ser autónoma ahora mismo tiene más inconvenientes que ventajas”

"Ser autónoma ahora mismo tiene más inconvenientes que ventajas". Así lo asegura Silvia Ramos, al frente de un negocio que se ha visto inevitablemente golpeado por los efectos de la pandemia. Ella, como autónoma, representa a esas mujeres -y hombres-, que desde hace un año levantan la trapa de su negocio esperando poder aguantar a que el impacto de las medidas y restricciones para frenar la pandemia no les obligue de nuevo a cerrar temporalmente, y en el peor de los casos de manera definitiva.

Ser autónomo en estos difíciles momentos obliga a reinventarse para adaptarse a la situación. "Con echarle imaginación no basta, hay que multiplicar la imaginación por tres". Si ya de por sí poner en marcha un negocio requiere esfuerzo, dedicación y horas, hacerlo en plena pandemia, y con las consiguientes restricciones, multiplica las dificultades para los autónomos.

Unos meses antes de que se declarara la pandemia, esta salmantina decidió dar el paso de emprender un proyecto, el de abrir una tienda en la plaza de las Carmelitas (Kiosco y tienda de regalos). Uno de los motivos que más la animó a convertirse en su propia jefa, tal y como relata, era el poder conciliar mejor la vida laboral y familiar. En su anterior trabajo en el sector de la hostelería -otro de los más afectados por los efectos de la crisis económica de la pandemia- era más complicado, dado los horarios. Y con ánimo emprendedor dio el paso. "Me líe la manta a la cabeza", aunque también reconoce que "hay días que acabas trabajando más horas". "Tiene muchos inconvenientes y pocas ventajas, pero algunas hay, sino aquí nadie se lanzaría", apunta con razón.

Pero entonces "llegó la pandemia y tuve que cerrar, hasta mayo". Ni mucho menos tiró la toalla, y ya en la desescalada tras el confinamiento volvió a abrir.

Como en cualquier trabajo o proyecto a emprender, es fundamental que a uno le guste lo que hace. "A mí me gusta mucho lo que hago, tener la tienda, me gusta tratar con la gente", asegura. La pandemia también ha permitido poner más en valor la cercanía de los establecimientos y tiendas de barrio. "Este es un comercio de barrio, de cercanía, esto es como un pequeño pueblecito, nos conocemos todos, conocemos a la gente, los clientes te conocen", explica.

Ahora, tras un año complicado, los autónomos ven con incertidumbre el futuro inmediato, incluso en ocasiones "negro, opaco". Y las cifras corroboran además que el impacto de la pandemia está siendo mayor entre las mujeres trabajadoras por cuenta propia que entre los hombres. Durante 2020, el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) perdió 1.993 mujeres, con lo que acabó con la tendencia positiva de los últimos ocho años en los últimos años. El emprendimiento femenino había empujado fuertemente el crecimiento del RETA, pero en 2020 las mujeres han visto cómo su actividad se ha frenado en seco.

Las mujeres autónomas son más numerosas en el sector del comercio, la hostelería y en actividades profesionales y científicas.