Los vendedores ambulantes de golosinas en la Plaza Mayor
Atraían a los más pequeños, que se arremolinaban para ver y comprar, si podían, la deliciosa mercancía
"Antaño, las golosinas las despachaban los vendedores o vendedoras ambulantes. En las calles, no faltaban y se situaban en los lugares más estratégicos para que los pequeños tuvieran fácil acceso a su mercancía: pipas de girasol o calabaza, pirulís, patatas americanas, manzanas caramelizadas y regaliz de palo, entre otras que hacían las delicias de los más pequeños". Son palabras de Alberto Cea García que, en la plataforma Fotos Antiguas de Salamanca, ha publicado las dos imágenes que adjuntamos. Ambas sin fecha, la primera, captada en la Plaza Mayor por Cándido Ansede, y la segunda, obra de Gerardo Gombau, en la que se puede ver a la señora Cándida, vendedora de golosinas en el teatro Bretón.
"Eran tiempos distintos, pero no dejaban de tener su encanto, y muchos, pensando en su niñez, los recordarán con cariño. Actualmente, la modernización ha hecho que estos puestos de golosinas desaparezcan siendo sustituidos, primero por pequeños kioscos y, más tarde, por superficies más grandes, donde no sólo se compran 'las chuches', también disponen de un sin fin de artículos incluyendo prensa y revistas", concluye Cea.