Bernardito Auza conoce a la comunidad educativa del Seminario San Cayetano
Tuvo la oportunidad de saludar a alumnos, progenitores, profesores y formadores
Finalizada su participación en los actos de celebración del patrón de Ciudad Rodrigo, San Sebastián, el Nuncio de Su Santidad El Papa Francisco en España, Bernardito Auza, se acercó al Seminario Diocesano San Cayetano, acompañado del Administrador Apostólico de la Diócesis Civitatense, Jesús García Burillo, y del Obispo emérito de Sigüenza-Guadalajara, el guinaldés José Sánchez.
En las dependencias del Seminario, Bernardito Auza tuvo la oportunidad de conocer a todos los miembros de su comunidad educativa: alumnos, progenitores, profesores y formadores. El Rector, Anselmo Matilla, pronunció unas palabras especiales, en las cuales explicó al Nuncio varios detalles sobre la historia de la institución. Asimismo, se le hizo varios regalos. Estas son las palabras íntegras pronunciadas por Anselmo Matilla:
Señor Nuncio:
Aunque ya le hemos saludado todos anteriormente, ¡bienvenido al Seminario Diocesano san Cayetano de Ciudad Rodrigo! Como Rector del mismo quisiera transmitirle, en nombre propio y también de toda la comunidad educativa de esta casa, nuestro agradecimiento por querer acompañarnos en este día tan importante para Miróbriga y sus gentes: la solemnidad del santo patrón Sebastián. ¡Gracias de veras por su presencia!
El pasado 26 de noviembre de 2019 el Seminario cumplió 250 años desde que el Obispo ilustrado Mons. Cayetano Antonio Cuadrillero y Mota lo erigiera en 1769. De los doce primeros alumnos que tuvo el Seminario en aquel primer curso académico (providencialmente como un pequeño cenáculo) hasta este momento, han pasado por las aulas de esta institución 7000 alumnos, muchos de ellos sacerdotes y la mayoría cristianos comprometidos con el anuncio de la buena noticia de Jesús en el mundo.
En la actualidad el Seminario cuenta con 26 adolescentes y jóvenes que asisten a clase y con los que trabajamos entre todos para que descubran qué quiere Dios para ellos. En los tiempos que corren es muy difícil plantearse la llamada de Dios al sacerdocio, sobre todo cuando eres adolescente. Pero estamos convencidos de que Dios sigue llamando y de que, igual que en los últimos años, en esta pequeña Diócesis tan alejada seguirá suscitando, entre los alumnos de este Seminario, jóvenes dispuestos a dar su vida por Cristo.
¡Somos pequeños, pero la ilusión y la parresía por el anuncio del Evangelio no nos faltan! Somos una Diócesis activa, con ganas de sembrar la buena noticia en el mundo, y especialmente en esta pequeña porción del oeste de España. D. Cayetano quiso poner el Seminario bajo la protección de san Cayetano de Thiene, el santo de la providencia. Esa misma providencia ha guiado los caminos de esta casa durante sus 250 años de historia. Si preguntara a los hermanos presbíteros y obispos aquí presentes estoy seguro de que igual que yo pensarían y dirían que su visita es obra de esa misma providencia y cuidado que Dios tiene por nuestra Diócesis. ¡Gracias por venir! ¡Gracias por querer conocernos! A modo de pequeño detalle le hago entrega del catálogo de la exposición Gracias, y otros documentos, como la revista que editamos anualmente, que le permitirán conocer mejor nuestro Seminario.
Quisiera aprovechar este momento para dar las gracias a todos los que, de manera velada, han hecho posible esta comida de gala: al jefe de mantenimiento, las cocineras y las camareras. Sin la ayuda de ellos habría sido imposible este momento de fiesta que hemos organizado para usted. ¡Brindamos por nuestra Diócesis! ¡Y brindamos también por usted, por su presencia! Que su visita sea un motivo para esperar, con confianza segura, un nuevo pastor para nuestra Iglesia diocesana. ¡Gracias, de nuevo, por su presencia!