La plaza con nombre de palacio
En 1994 se urbaniza con una zona ajardinada quedando más amplia que la que existía y retirando la farola central, dado su mal estado de conservación
En el ensanche de la calle Bordadores, y en su unión con la de la Compañia, esta plaza la preside uno de los torreones del palacio de Monterrey, un monumento del renacimiento español, muy presente en la historia de la ciudad a partir del siglo XVI.
La construcción del palacio se debe a don Alonso de Acevedo y Zuñiga, III conde de Monterrey, hijo de don Diego de Acevedo y Fonseca y de doña Francisca de Zulia, II condesa de Monterrey.
El cinco de octubre de 1491, el patriarca fundaba mayorazgo en la persona de su hijo don Diego de Acevedo y de sus sucesores estableciendo una manda importante para construir una casa que se vinculaba al mayorazgo que creaba, y aquí es donde está el origen de la construcción del palacio de Monterrey.
Las obras de su construcción debieron prolongarse en el tiempo por lo menos hasta 1565, pues en 1564 doña Inés manifestaba que no tenía casa dónde habitar en Salamanca, y ciertamente en este año ya se habría abandonado el proyecto primitivo que contemplaría un palacio torreado con patio central y amplio jardín hacia el campo de San Francisco.
En 1994 se urbaniza la plaza con una zona ajardinada quedando más amplia que la existente y retirando la farola, dado su mal estado de conservación. Una placa recuerda que en esta plaza vivió doña Gonzala Santana, ilustre mecenas a quien tanto debe la iglesia de las Agustinas.
Fotografías: Salamanca en el ayer.
Plaza de Monterrey con la gran farola que daba luz a todo el entorno de la plaza.
Palacio de Monterrey (Cándido Ansede).
Textos extraídos de Callejero histórico salmantino.