Quién agita más en España

En la actualidad, en democracia, nuestro país se encuentra "poliagitado". En primer lugar, estamos inmersos en un período electoral lleno de falsedades. La mayor de todas: que los que bloquearon piden que no se bloquee al ganador. ¿Esta mutación alguien la cree? Nadie.

Si Pedro Sánchez repite como el más votado, ¿vivirá de nuevo el mito de Sísifo? (No se preocupe, amigo lector, nosotros le recordamos el mito: Sísifo, personaje de la mitología griega, fue condenado a empujar una piedra cuesta arriba por una montaña, pero antes de llegar a la cima, la piedra volvía a rodar hacia abajo, repitiéndose una y otra vez el frustrante y absurdo proceso).

Así, Pedro, para librarse de tal castigo y no llegar a unas terceras elecciones, ahora demanda mayoría absoluta y la no abstención. La palabra, el pueblo.

El resto de actores políticos se encuentran ante otra oportunidad de cambiar de tácticas para mejorar los resultados (p. ej., mover su mensaje un "pelín" hacia la derecha o hacia la izquierda). Esto no se entiende, pero tampoco vamos a pedir como cabeza de listas a Churchill, Obama o Mandela.

Otra agitación que vivimos la pasada semana es la inmediata exhumación con respeto ?desde el Valle de los Caídos hasta el cementerio de Mingorrubio? de la "momia" (sic Inda e Iglesias) llamada antes "restos de Franco". Y para quienes piensan que el militar nunca debería haber estado en el Valle, por nuestra edad cuando lo enterraron ?veintidós años? podemos opinar que aquel fanatismo ganó a la indiferencia de los reformistas y rupturistas: a Franco lo sepultaron en el Valle de los Caídos como presunta opción provocadora, ya que a sus afligidos lo que les hubiera gustado era elevarlo directamente al cielo. Si no, por qué allí, si él no era un "caído". Al parecer, hasta su hija lo quería en El Pardo.

Ah, y lo anterior se vive con mayor premura después de ver la película de Amenábar "Mientras dure la guerra". El militar rebelde de mayor edad, Cabanellas (gran papel de Tito Valverde en la película) lo dice con rotundidad: "Si Franco es elegido como jefe Supremo mientras dure la guerra, no lo deja hasta la muerte".

Por último, una presunta agitación de la agitación ocurrió ayer mismo con las sentencias del Procés y las reacciones de los independentistas. Como anecdótico, y no quiero llamarlo fanatismo, durante la semana pasada había escuchado las quejas de una señora catalana porque una doctora le había atendido en castellano. Por curiosa, traigo aquí la bronca del independentista que medió indignado: "En este país la gente no puede morirse en catalán, a la fuerza las últimas palabras que escuchan tienen que ser en castellano...". Y otra perla más: "Los catalanes somos tan generosos que dejamos hablar en castellano...".

Como español que no le gusta que ningún catalán-español ni cualquier ser humano vaya a la cárcel, muchas gracias.