Salamanca, la ciudad medieval que se hizo grande
Los arrabales formaban un paisaje de pequeños cerros o colinas (tesos), a los que se llegó a conocer por el nombre de sus edificios más relevantes: el Occidental o de San Vicente, el Central o del Alcázar, o de las Catedrales, y el oriental o de San
La Salamanca del siglo XIII respondía perfectamente al concepto formado por Alfonso X el Sabio en "Las Partidas", que definió la ciudad como "todo aquel lugar que es cercado de los muros, como los arrabales y los edificios que se tienen con ellos".
En el caso de nuestra ciudad los arrabales formaban un conjunto heterogéneo de barrios y parroquias discontinuos; la Salamanca medieval ofrecía un paisaje de pequeños cerros o colinas (tesos), a los que se llegó a conocer por el nombre de los edificios más relevantes levantados en ellos: el Occidental o de San Vicente, el Central o del Alcázar, o de las Catedrales, y el oriental o de San Cristóbal.
Puede decirse que es en el siglo XII cuando, bajo la presión de una población en gran parte renovada y dinámica, comienza la historia de la ciudad, iniciándose entonces una etapa que se extiende hasta el siglo XV, en la que se crearon las funciones administrativa o de gobierno, la eclesiástica y la cultural o universitaria.
La urbe salmantina iba adquiriendo carácter por la entidad de sus edificaciones, que con su volumetría exterior contribuían a la configuración del espacio urbano. Por ello, se puede hablar ya de urbanismo, pues si la esencia de la arquitectura es el espacio interior del monumento, el urbanismo se ocupa del espacio externo.
Fotografías
- Panorámica y colegio viejo (Antonio Passaporte)
- Vistas generales (J. Laurent) (Fototeca Patrimonio Cultural Español)