La natalidad se desploma en la provincia de Salamanca un 28% en la última década

En Castilla y León, y por supuesto Salamanca, la despoblación y el envejecimiento van camino de convertirse en problemas crónicos, y es que los datos constatan el declive demográfico de una comunidad autónoma que no deja de perder población y en la que cada vez nacen menos niños, 17.874 durante 2018, una cifra muy alejada de los 21.311 nacimientos de hace una década (2008), según los datos de la encuesta del INE sobre 'Movimiento Natural de la Población e Indicadores Demográficos Básicos'. Aunque Salamanca rompe levemente la tendencia descendente con 2.074 nacimientos en 2018, un 2,3% más que el año anterior (2.028 en 2017), lo cierto es que este repunte es insuficiente para reducir el saldo vegetativo de la provincia (la diferencia entre nacimientos y defunciones), y que en 2019 fue de -1.929. En Salamanca se produjeron en 2018 un total de 4.003 defunciones.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Conviene echar la vista atrás para constatar que la natalidad en Salamanca se ha desplomado un 28,4% en la última década, una cifra similar a Castilla y León (29%). En el año 2008, según los datos del INE, en la provincia salmantina nacieron 2.899 niños, casi un millar más (825) que en el año 2018. A esto se suma que las defunciones ?lógicamente debido al cada vez mayor envejecimiento de la población- han aumentado en esta década un 4,8% (en 2008 fallecieron 3.810 salmantinos y en 2018 la cifra superó los 4.000).

Castilla y León es la segunda comunidad con el peor saldo vegetativo (-14.199), solo por detrás de Galicia (-15.854). En el caso de Salamanca, la provincia se sitúa como la segunda de Castilla y León con peor saldo vegetativo, solo por detrás de León (-3.670).