Absolute Durero, 8,5 kilos de arte en una lujosa edición con sello salmantino sobre el genio...

Cosido y encuadernado de forma artesanal, cada ejemplar pesa 8,5 kilos. 500 páginas de gran formato impresas en papel de fabricación italiana que reproduce el tacto de un lienzo. Absolute Durero es un libro de arte único, una auténtica joya de coleccionista, de edición limitada (999 ejemplares), y resultado de un riguroso trabajo de investigación para mostrar las facetas de grabador, pintor, retratista y teórico del arte Alberto Durero.

"Hemos vivido con él los últimos diez años", apunta Daniel Díez, director de la editorial salmantina CM Editores, y de cuyos trabajos en grabado ya habían realizado cinco ediciones facsímiles (Apocalipsis, Pasión Grande, Pasión Pequeña, Vida de la Virgen y Grabados Profanos). 600 imágenes de gran calidad reproducen la obra del artista expuesta en los mejores museos del mundo, entre ellos El Prado (Madrid), el Louvre (París), la Galería Uffizi (Florencia) o el Metropolitan (Nueva York). "Hemos buscado reproducir con un grado de fidelidad absoluta cada uno de los cuadros; la producción pictórica de Durero no es muy elevada en comparación a otros artistas, pero es maravillosa, el nivel de detalle es absoluto".

Y, transcritos por primera vez, fragmentos de sus diarios que desvelan la faceta más íntima de la principal figura del Renacimiento en Europa Central. Absolute Durero cuenta con los textos del catedrático de Historia del Arte Jesús María González de Zárate, el especialista español que más y mejor ha estudiado su vida y obra.

"El primer logotipo en la historia del arte es de Durero"

Durero también fue el precursor de asuntos tan actuales como la autoedición -publicaba y vendía sus libros, y de cuya contabilidad dejaba constancia en sus diarios- y la defensa de los derechos de autor, y de hecho, para algunos, es el inventor del copyright. El monograma de Durero aparece en los nervios del lomo de cada libro. "El primer logotipo en la historia del arte es de Durero", y además "tenía mucho interés por controlar los derechos de autor".

Incluso puede ser considerado el autor del primer selfie. Tenía 13 años cuando hizo su primer autorretrato. "Cada 3-4 años se hacía un autorretrato, es curioso, tuvo una operación y se hizo un retrato enseñando la cicatriz, y hasta se dibuja desnudo".

Con Absolute Durero "queríamos contar otra historia", y por eso este libro, como explica Daniel Díez, no aborda el trabajo de Durero de forma biográfica o cronológica, sino en ocho capítulos que lo sitúan en el contexto de lo que sucedía a su alrededor. "La teoría del arte dentro de su obra, y algo novedoso, es la incorporación de la mitología, prohibida por la iglesia católica durante la Edad Media, y que Durero explora la mitología". Fue además "una persona de gran religiosidad", como se refleja a través de sus grabados y pinturas, "y por esa razón hay otro capítulo dedicado al Papismo y a la Reforma". Y, cómo no, sendos capítulos dedicados al retrato y a las huellas de Durero en otros artistas como Goya, Dalí o Picasso.

Un libro que descubre facetas menos conocidas, como la publicación de libros teóricos sobre y proporciones. "Durero investigaba mucho, por ejemplo, la forma de las almohadas. Era muy perfeccionista, cogía una almohada y la arrugaba de diferentes formas y la copiaba".

"Es un gran trabajo y una gran aportación, como las traducciones, del diario o del Horapollo, muy presente en su obra y en la de otros artistas" (Durero hizo los dibujos en la traducción del griego al alemán de los Hieroglyphica de Horapollo, un texto sobre los jeroglíficos egipcios). "Es un poco como llevarte un museo", y como avanzan desde CM Editores, "ha salido tan bien que la colección tendrá continuidad con otros artistas".

No solo en el Museo del Prado está presente Durero, también en la Biblioteca Nacional, en el Thyssen y en El Escorial, donde se custodia un fondo de acuarelas y grabados.

El grabado que aúna arte y matemáticas

Mucho más que arte en sus grabados. Melancolía I es uno de los grabados más fascinantes de Durero, en el que aparecen todo tipo de simbolismos, "la balanza de la justicia, el paso del tiempo, la escalera que va al cielo, la campana, el compás, las llaves, el cordero y, lo más interesante, un cuadrado mágico, da 34 lo sumes como lo sumes. Al final, está el año, 1514, el año de la muerte del padre de Durero".

La historia del Rinoceronte de Durero

El rey Manuel de Portugal se disponía al llevarle al PP un rinoceronte asiático que habían capturado, pero el barco naufragó y no llegó a su destino. Un animal desconocido al que relacionaban con un unicornio y que Durero dibujó con coraza. "Ese dibujo que luego fue un grabado se difundió tanto que durante los siglos siguientes todas las reproducciones de rinocerontes estaban inspiradas en la de Durero".