La lluvia estropea la parte callejera de la fiesta anual del Botón Charro

El cielo estropeó en la mañana del martes la fiesta anual de la Asociación Cultural El Botón Charro de Miróbriga, que se suele celebrar cada 23 de abril (aprovechando la festividad por el Día de Castilla y León), aunque en los dos últimos años lo habían adelantado al día 22. Concretamente, la lluvia hizo acto de presencia en el momento más inoportuno, justo cuando estaban desarrollando el tramo callejero de su fiesta.

De forma previa, había tenido lugar la habitual misa animada con ritmos charros. Hasta ahora, esta eucaristía se venía oficiando en la Iglesia de El Sagrario, pero al caer este año la fiesta en martes, día de la semana en que la misa matinal de las parroquias del centro histórico tiene lugar en la Iglesia de la Venerable Orden Tercera, se decidió realizar allí. La celebración fue presidida por el sacerdote Ángel Martín Carballo, acompañado por Fernando Dias Bailón.

Concluida la misa, los integrantes de El Botón Charro se realizaron la habitual foto de familia en las escaleras del altar, antes de comenzar la 'procesión' hasta la Plazuela Dámaso Ledesma para rendir homenaje al ilustre musicólogo y etnógrafo mirobrigense a quién está dedicada esa Plazuela, contando incluso con un busto.

Teniendo en cuenta que a la salida de la Tercera Orden lucía incluso el sol, nada hacía prever que incluso antes de alcanzar la Plazuela (apenas habían tenido que cruzar la Plaza Mayor para llegar hasta allí) ya fuera necesario abrir los paraguas para evitar, sobre todo, que se mojasen los trajes charros.

Una vez se llegó a la Plazuela, cada uno de los asistentes fue depositando una flor (que había sido repartida previamente por la Asociación) a los pies del busto de Dámaso Ledesma. Además de José Manuel Jerez en su calidad de integrante del Botón Charro, este año participaron en la fiesta Marcos Iglesias, Beatriz Jorge Carpio, Carolina Paniagua y Ramón Sastre, en lo que se refiere a miembros de la Corporación Municipal.

Una vez depositadas todas las flores, y como la intensidad de la lluvia iba en aumento, se decidió continuar la fiesta en la Plazuela del Buen Alcalde donde, aprovechando sus soportales, se desarrolló la parte más lúdica de la mañana, consistente en un tiempo de baile y en la degustación de vino y dulces que fueron repartidos de forma gratuita por los integrantes de la Asociación.