Cáritas ha atendido en 2018 a 357 familias, menos que en 2017, pero les ha prestado más...
El 41,65% de los recursos de Cáritas ha ido a parar a cuestiones relacionadas con la vivienda
La delegada diocesana, María Ollaquindía, y la directora, Maribel Yugueros, de Cáritas Ciudad Rodrigo presentaron en la mañana del miércoles la tradicional campaña navideña de la entidad, que este año tiene como lema Feliz NaVIDAd para todos, en el que aparece resaltada la palabra Vida porque el objetivo de Cáritas es desear "una feliz vida a todas las personas no solo en Navidad, sino todos los días del año".
Como en años anteriores, Cáritas Diocesana desarrollará varias acciones para dar a conocer su Campaña navideña, lo que este año pasará por presentarla en las parroquias mirobrigenses de El Sagrario, San Cristóbal, El Salvador, Santa Marina y San Andrés; los arciprestazgos de Águeda, La Ribera, Ciudad Rodrigo, Argañán y Yeltes; y los centros escolares de Ciudad Rodrigo a través de los departamentos de Religión.
Aprovechando la rueda de prensa de la mañana del miércoles, Maribel Yugueros ofreció los datos de la atención prestada en lo que va de año 2018 (hasta el 10 de diciembre) por Cáritas Diocesana. En este ejercicio, se reduce el número de familias que han precisado de ayuda, 357 frente a las 380 del año pasado, pero en cambio "tenemos la sensación" de que "han pasado más veces", y por lo tanto los recursos destinados "han sido más elevados".
En lo que se refiere al reparto de las ayudas a las 1.250 personas que forman parte de esas familias, el 41,65% de los recursos han sido para gastos de vivienda (alquileres, agua, luz y gas), reduciéndose la cifra respecto al año pasado (cuando supusieron el 56% del total de las ayudas). En lo que respecta a la alimentación, sube hasta el 15,41%, mientras que el dinero destinado a formación (como los becados del curso de agricultura al ser de larga duración) representa un 25,49%.
Para cuestiones de salud (medicinas, tratamientos, ortopedias o gafas), Cáritas destinó un 6,10% de sus recursos; para transporte (los viajes por cuestiones de salud y formación), un 4,54%; para libros y materiales escolares, 3,75%; para cuestiones jurídicas y legales (traducción de documentos, legalizaciones o deudas), un 2,05%; y para ropa, un 1,01%. Desde el punto de vista de Maribel Yugueros, a Ciudad Rodrigo la crisis "llegó más tarde" y está costando más salir.
Un panorama más delicado
La directora de Cáritas resaltó que se ha producido "un empeoramiento de las condiciones de vida; la mejora sólo la percibe una parte de la población debido a la pérdida de derechos". Según señaló, en el 50% de los hogares el tener un empleo no llega a cubrir las necesidades de vida.
Asimismo apuntó que hay 4 colectivos que han resultado "dañados" estos años: las mujeres (desde 2013 se ha duplicado el número de hogares que están sustentados por una mujer), los hogares con niños y jóvenes (por su vulnerabilidad), las familias numerosas y monoparentales (por la falta de políticas hacia los mismos), y los inmigrantes, "cuya situación se está agravando". Como resaltó Maribel Yugueros, los inmigrantes "no nos quitan nada", lo que ocurre es que "hemos perdido derechos".
Frente a esto las recetas son educación, el "mejor modo" para salir de la exclusión, y las redes familiares y personales, aunque éstas "se han ido empobreciendo". En palabras de Maribel Yugueros, todo este panorama genera un grito "Cuidado: estamos construyendo una sociedad desligada".
Durante la rueda de prensa de la mañana del miércoles, Cáritas aprovechó para denunciar públicamente que "la Administración es lenta", y las "emergencias sociales que ellos denominan llegan hasta nosotros porque tenemos más capacidad para actuar de forma inmediata".
Según apuntó María Ollaquindía, "la apuesta de Cáritas es por un modelo centrado en la persona, para ofrecer el mejor servicio en las situaciones de fragilidad y sufrimiento", reconociendo el derecho del acceso a una alimentación adecuada, preservando la dignidad, la autonomía y la libre decisión de las personas, apostando por relaciones de confianza donde se pone en valor la capacidad, aprovechando los recursos, manteniendo el comercio de proximidad, favoreciendo la creación de puestos de trabajo y los proyectos de inclusión, y fomentando la sostenibilidad alimentaria evitando el despilfarro.