Monasterio del desierto de Batuecas
Lo intrincado del valle y su belleza provocaron que desde antiguo estuviera rodeado de leyendas, aumentando así el misterio que ya tenía
Este monasterio se construyó en lo más profundo del Valle de Las Batuecas, un auténtico paraíso natural rodeado de ríos, bosques y altas montañas. Lo intrincado del valle y su belleza provocaron que desde antiguo estuviera rodeado de leyendas, aumentando así el misterio que ya tenía.
Los Carmelitas Descalzos vivieron en este desierto solitario como en un oasis de paz, dedicándose a su tradicional vida contemplativa, acogiendo constantemente a Carmelitas de diversos conventos. En 1836 los religiosos fueron expulsados, y el monasterio fue vendido y destruido, tanto por la mano del hombre como por un inmenso incendio que lo dejó en ruinas.
Fue recuperado y restaurado en 1937 por Santa Maravillas de Jesús, Carmelita Descalza, que lo cedió de nuevo a los Padres Carmelitas en 1959, restaurando así la vida de desierto contemplativo.
Hoy, una pequeña comunidad de frailes Carmelitas, mantienen viva la llama de la vida contemplativa en este desierto de Batuecas, un lugar que actualmente tiene un espacio de acogida para todos aquellos que quieren acercarse a vivir un tiempo de silencio.
Fotografía: Antigua imagen de las ruinas del convento de los Carmelitas Descalzos / Juan Cabré (Fototeca Patrimonio Cultural Español)