¿Todavía está Dios en las iglesias?

Hay un sorprendente verso del poeta extremeño Manuel Pacheco ("todavía está Dios en las iglesias"), que, con los correspondientes signos de interrogación, elegimos como título para aludir a ese decorado de fondo, sagrado y protector, que cobija la humilde tarea de este hortelano inclinado hacia la tierra, para cultivar sus verduras.

Humilde labor del hombre, que parece diminuta, pero tan decisiva para la supervivencia de todos, frente a la desmesura de este templo rural, en el que no sabemos si aún reside Dios, o, si más bien, ha elegido otros ámbitos menos grandiosos y más acordes con las humildes dimensiones del hortelano y su tarea.

José Luis Puerto / Foto de Ángeles Rebollo