¿Por qué la bici en Salamanca se sigue fomentando a costa del peatón?.

Trazado de carril bici por la mitad del Parque de la Salud en Tejares, según la presentación del Ayuntamiento.

Continuando con la vorágine de obras preelectorales parece que por fin el subvencionado programa Tormes + da señales de existencia, y se suma a la larga lista de obras, más bien proyecto de momento, que han de servir para apuntalar al PP en el Ayuntamiento. El objetivo es el Barrio de Tejares, antiguo municipio.

La idea es buena. La mayoría de sus calles son estrechas, inadecuadas para la circulación de vehículos que, por otra parte, tampoco son muchos si dejamos al margen la antigua carretera que divide el viejo pueblo. Se apuesta por dotar a la mayoría de las calles de plataforma única, dando preferencia al peatón sobre el vehículo. Se da a entender que se quiere pacificar el tráfico de la antigua carretera al formar parte de una futura zona 30 que abarca casi todo el barrio. Y también aparece un trozo de carril bici, atravesando el Parque de la Salud, cuyo recorrido total no está nada claro.

Por la acera de Federico Anaya trascurre un carril bici bastante conflictivo, a pesar de que el vehículo privado acapara la mayor parte del espacio de la calle.

Y qué decir de este cruce en la trasera de la Alamedilla...

Y aquí quería llegar. El Ayuntamiento, gobernado por el Partido Popular, sigue teniendo graves problemas para entender el actual papel de la bicicleta, cuyo objetivo es reducir la movilidad motorizada y apostar por la sostenibilidad. Y esto quiere decir que la bici es alternativa al vehículo privado, no una posibilidad de transporte más. Para reducir el uso innecesario del vehículo privado hay que restarle espacio para otro medio de transporte no contaminante. Si se crean carriles bici han de construirse a expensas de la calzada para el coche, NO del peatón que es al que queremos proteger e incentivar fundamentalmente. Por si no lo recuerdan, según nuestras normas de tráfico la bicicleta es un vehículo.

Uno de los paseos de la Avenida de Salamanca ocupado por un carril bici, supongo que con el objetivo de distraer a quienes se sienten en los bancos.

Pues en Salamanca el carril bici se hace a costa de espacio peatonal, sin importar incluso atravesar parques o jardines públicos. Demostrando que se concibe la bici como un medio de ocio y no de transporte. La lógica impone que, si se precisa de espacio específico para la bici en esta zona, se debe colocar en la Avenida de Lasalle-Juan Pablo II, arteria que la vertebra y donde hay espacio sufriente salvo muy puntualmente (y solucionable). Pero en este caso se coloca paralelo a la vía del tren, cuyo entorno no está urbanizado, y atravesando el tranquilo parque de la Salud. Sin definir su trazado completo y su utilidad.

Imagen tomada del proyecto de carril bici que unirá Salamanca con Cabrerizos, atravesando el parque de Ciudad Rodrigo, pasa junto a juegos infantiles y continua por un paseo con bastante uso.

Imagen del lugar por donde discurre el carril bici en el Parque de Ciudad Rodrigo.

Son incontables las aceras, paseos o zonas verdes en la ciudad a las que se les quita un trozo para crear un carril bici, aunque sea paralelo a una sobredimensionada calzada que apenas usan los coches. Tampoco se tiene ningún problema en complicar puntos de gran paso de peatones para meter bicis. Y hay espacios verdes atravesados por la mitad por esos carriles que resultan molestos y peligrosos para quienes caminan por la zona. Supongo que tampoco se piensa en la infancia que puede jugar ahí (quizás se pavimentan los parques para impedirlo, y de paso ahorrar en el de los carriles bici) Sirva como ejemplo, ahora en obras, el carril diseñado por el centro del Parque de Ciudad Rodrigo, paralelo a una avenida de cuatro carriles y bandas de aparcamiento que prácticamente nadie utiliza. Por cierto, su continuación en el término municipal de Cabrerizos (Camino de Salamanca) parece un diseño inquietante para la seguridad vial. Ya lo comenté a finales del año pasado.

El carril bici en el Parque de Ciudad Rodrigo pasa junto a una zona de juegos infantiles.

A continuación la acera por donde pasean personas con frecuencia se convierte en carril bici.

Ya en Cabrerizos parece un tanto débil la separación entre bici y vehículos motorizados.

Curiosamente uno de los pocos espacios que el Plan de Movilidad concibe como de convivencia entre el peatón y la bici, el puente romano, sigue prohibiendo la circulación de esta última. En todos estos años desde su aprobación se tolera el paso de bicis pero no se ha modificado la señalización en las entradas del puente, y tampoco se actúa en consecuencia, si es exclusivo para el peatón, ¿qué hacen las bicis pasando por él?