Parada para comer y a seguir la fiesta

El intenso sábado que se está viviendo en Villoruela, con actividades festivas desde las 8 de la mañana, obligaba a hacer una parada y recobrar fuerzas. La zona de acampada ha acogido la gran paella popular en la que se han dado cita unas 1.500 personas.

Familias y peñas se han sentado en torno a la mesa o sobre el césped para degustar la paella que había sido preparada por trabajadores del ayuntamiento y voluntarios durante la mañana. La zona de acampada se ha llenado de sombrillas para paliar el calor, con 28 ºC en el termómetro. La sangría, servida muy fría, también ayudaba a rebajar la sensación de calor.

Poco después de las 15 horas comenzaba a servirse la paella. Mientras tanto, una inmensa cola formada por quienes esperaban pacientemente su turno se extendía por el parque. Algunos optaban por recoger el alimento para toda la familia con cazuelas, mientras que otros preferían portar los platos sobre un tablero.

Sábado cargado de actividades

Mientras tanto, la charanga El Tinglao se encargaba de poner música. Esta charanga también se ocupó de tocar los primeros compases musicales del sábado. A las 8 horas comenzó a recorrer el pueblo en la alborada, a la que se sumaron quienes aún seguían en pie tras la larga noche de fiesta.

La mañana del sábado también contó con encierro infantil, campeonato de bolos clásicos y fiesta del agua. La jornada continuará durante la tarde con la tercera edición de la guerra de colores y el encierro del toro de cajón. Finalizará el segundo día de las fiestas la Orquesta Génesis, cuyo escenario llegaba a la localidad mientras los vecinos apuraban sus platos de paella.