Expectación y gran despliegue de seguridad por la boda de una hija del presidente de Iberdrola
CIUDAD RODRIGO | Se trata del tercer hijo de Ignacio Sánchez Galán que se casa en Miróbriga
Como suele ocurrir todos los fines de semana veraniegos, Ciudad Rodrigo fue escenario a lo largo del sábado de varios enlaces matrimoniales, entremezclándose las parejas mirobrigenses con otras de forasteros que han escogido la ciudad para su enlace por su belleza.
Entre las bodas que están en este segundo supuesto cada vez más habitual, en la tarde del sábado la Iglesia de Cerralbo acogió un enlace de relevancia por la expectación y el despliegue que llevó asociados: la de una hija del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, quién ya había casado otros dos hijos en Miróbriga con anterioridad.
Coincidiendo siempre con años de Mundial de Fútbol, Ignacio Sánchez Galán casó en Ciudad Rodrigo en el año 2010 a su hija mayor, repitiendo en el año 2014 con uno de sus hijos varones. En ambos casos, esos enlaces se celebraron en sendos sábados del mes de julio en la Catedral de Santa María.
En lo que respecta a la boda de este 2018, se ha mantenido la celebración en un sábado del mes de julio, pero cambiando la Catedral -que este mismo sábado albergó una boda por la mañana y otra por la tarde- por la vecina Iglesia de Cerralbo. Asimismo, hubo otra gran diferencia entre anteriores enlaces y el de este año: la ausencia de caras conocidas para el gran público.
De este modo, si en las bodas de 2010 y 2014 asistieron ilustres invitados como algún exministro como Ángel Acebes, o el exseleccionador de fútbol Vicente del Bosque, esta vez el público que se congregó en torno a la Iglesia de Cerralbo apenas pudo reconocer unas caras, y todas ellas vinculadas a la provincia de Salamanca, como la escritora Isabel Bernardo, el crítico taurino Leopoldo Sánchez Gil, el escritor Alberto Estella, o el presidente de la Diputación de Salamanca, Javier Iglesias, que fue de los últimos en llegar acompañado de su mujer.
En todo caso, los mirobrigenses congregados de forma expresa para ver el ambiente y los que se fueron parando a ver qué ocurría (como camareros de establecimientos cercanos o jóvenes que iban camino al Barrio Nuevo) pudieron seguir la llegada de los invitados, y especialmente de los novios: Teresa Sánchez Galán y Enrique Moral Urra.
La novia hizo acto de presencia con total puntualidad en un vehículo en el que también viajaba su padre, Ignacio Sánchez Galán, quién la ayudó a bajar del mismo. Aunque no hubo tantas caras famosas, la boda sí tuvo relevantes medidas de seguridad y restricciones. Por ejemplo, se prohibió el aparcamiento junto a la Plazuela de San Salvador desde las 17.30 horas, y la circulación por las puertas de la Iglesia de Cerralbo.
Asimismo, se pudieron ver por la zona miembros de la Policía Local, la Guardia Civil y personal de seguridad privada.