La lluvia, molesta compañía de una Operación Bocata con 1.250 bocadillos y mucho más orden

Ciudad Rodrigo vivió en la jornada del jueves una de sus citas solidarias más esperadas de cada año: la Operación Bocata organizada por la Delegación Diocesana de Manos Unidas, que en esta ocasión 'brilló menos' de lo habitual debido a la lluvia que cayó durante la mayor parte de su desarrollo.

Al menos, la Operación se pudo desarrollar con cierta normalidad, gracias a los soportales de la Plazuela del Buen Alcalde, donde se cobijaron los cientos y cientos de mirobrigenses que se acercaron hasta allí en busca de alguno de los 1.250 bocadillos que fueron preparados a lo largo de la mañana por las voluntarias de Manos Unidas en las instalaciones de la antigua guardería Mi Otra Casa.

Para poder hacerlos, Manos Unidas recibió como siempre numerosas colaboraciones, incluidas unas cuantas tortillas. Pese a ello, un año más no hubo suficientes para la demanda que registra siempre este tipo de bocadillo, siendo de este modo los primeros en agotarse. Además de tortilla, se pudieron coger bocadillos de chorizo, salchichón, mortadela, queso o sardinas, acompañados en todo caso de una botella de agua.

Este año, el cálculo global de bocadillos fue mucho más ajustado a la realidad debido a que la Delegación de Manos Unidas había anunciado que tendrían prioridad aquellos que hubiesen comprado los tickets con anterioridad (apenas se prepararon unos pocos de más por si todavía acudían algunas personas sin ticket), lo que hizo que hubiese mucho más orden en el reparto.

Asimismo, gracias a esta casi obligatoriedad de comprar el ticket previamente, la lluvia tuvo menos incidencia de lo que podría haber llegado a ocurrir en años anteriores. El caso es que muchas personas que otros años se acercaban a la Plazuela sin ticket, quizás este año por la lluvia que caía no lo hubieran hecho, pero al tenerlo ya comprado de antemano, estaban 'comprometidos' a ello.

Eso sí, unas cuantas personas de las que se acercaron por la Plazuela no se quedaron a comer allí, sino que prefirieron coger y degustar más cómodamente en sus casas los bocadillos, que este año habían aumentado de precio (de 2,5 a 3 euros).

Entre los que sí optaron por quedarse en la Plazuela estuvieron numerosos niños y jóvenes, que acudieron hasta allí una vez finalizó la jornada lectiva (excepto un grupo de alumnos del IES Tierra que subió junto a su profesor todavía en horario escolar). Como la lluvia no fue constante, sino que paró en algunos momentos, los niños enseguida salieron de los soportales para jugar, dándose la circunstancia de que una vez salieron, no les importó mojarse cuando volvió a ponerse a llover.

La Operación Bocata organizada por Manos Unidas se enmarca en su tradicional Campaña contra el Hambre, que tendrá su tercera y última cita el próximo jueves 8 de marzo. Será la clásica Cena del Hambre en el salón del edificio de la calle Velayos del Colegio Misioneras de la Providencia-Santa Teresa de Jesús.

Hay que recordar que todo lo que recaude la Delegación Diocesana de Manos Unidas a lo largo de este año 2018 irá a parar a un proyecto en Matobo (Zimbabwe), consistente en el empoderamiento de jóvenes vulnerables mediante el aumento de su capacitación profesional a través de programas de formación en albañilería, carpintería, electricidad, corte y confección o catering, para los que se precisan nuevas herramientas y maquinarias. En total se quieren recaudar a lo largo de este año en la Diócesis 27.365?.