Albert Rivera, presidente

España, atraviesa varias crisis, pero la más grave es el no saber entender la realidad, seguimos echando más leña a la hoguera justiciera y lenta de la corrupción, como si la corrupción fuera nada más que de un partido. No, ningún partido se libra. Ninguno, todos los que están en el poder y manejan el dinero de los impuestos son corruptos, "el único que se libra, es el que no tiene poder, hasta que lo tenga". La madre de la corrupción el PSOE, seguido del PP, el PNV, el que ha mandado en Cataluña hasta ahora CIU y Podemos Unidos ese batiburrillo de mareas y mareos que venían a "asaltar los cielos" y lo único que han asaltado son los Ayuntamientos, con la ayuda de alguno de la corrupción antes mencionado.

Esperemos que no nos dé escalofríos cuando nos enteremos lo que está sucediendo en algunos de estos Ayuntamientos. El de Madrid puede ser tremendo, cada día una noticia, "no dicen que están haciendo con el dinero recaudado y presupuestado para dar servicios a los distritos" (esto será un punto y aparte).

La experiencia solo la desprecia aquel que no la tiene. Lo mismo que el conocimiento y la sabiduría. Por eso algunos actores de la llamada "nueva política". (Que por cierto ya tienen los peores defectos de la más vieja). No les gusta que les digan que la Constitución del 78, la que más años de convivencia ha dado a los españoles, y por eso la quieren cambiar. Quien ocupa el poder comete errores suficientes para perderlo, en beneficio de su rival.

Eso es lo que reflejan hoy las encuestas sobre Ciudadanos, este partido que encabeza Rivera ha vencido al separatismo catalán en votos y crece en toda España. Lo está haciendo bien, no cabe duda. Ha traído renovación, un cambio de actores y sobre todo de actuación. Pero este buen hacer habría sido inútil si no fuese porque el PSOE esta disgregado por cada pueblo y por cada autonomía "en cada sitio hay un PSOE". Y el PP de Rajoy con su política de no moverse, echar balones fuera, no cambiar de rumbo, dejar que los problemas se pudran en el despacho y que le digan que nunca hace nada. Se agarra a la cuestión económica, ¡que no es poco! Pero no es suficiente, se necesita más.

El anuncio de la subida de Ciudadanos le avisa al PP la llegada del lobo. Como lo hicieron en 2014, que triunfaba Podemos o como lo hicieron en 2015 y 2016 cuando algunas de las encuestas pronosticaron un triple empate entre PP, Ciudadanos y PSOE. Y lo cierto es que las encuestas fallaron estrepitosamente. ¿No estaremos ante un nuevo clima de opinión efímero creado por el resultado de las elecciones catalanas?

Bueno y el partido del coleta sin montera, ya no asusta a nadie, se está cayendo tan deprisa como ascendió. Se le ha visto el plumero enseguida. ¡Asique aviso a navegantes sin experiencia! Albert Rivera es un buen orador, que defiende ideas básicas y bienintencionadas, (mas o menos las mismas que defiende el PP) pero Ciudadanos en realidad no gobierna en ningún sitio.

En Europa no hubo mandatario de peso que sobreviviera a la crisis, salvo Merkel y Rajoy. Eminentes expertos como Gordon, Sarkozy o Renci se quedaron en la cuneta. Asique alguna habilidad tendrá el registrador de Pontevedra. Ahora el golpe de Cataluña ha vuelto a poner en entredicho a Rajoy por su parsimonia al aplicar el imprescindible 155, provocando fuga de votos al partido de Rivera.

Según las encuestas de estos días Ciudadanos ganarían unas generales. ¿Sera entonces el próximo presidente? Creo que no. Se entiende la fatiga del electorado con Rajoy. Sin embargo existen tres cuestiones a favor del PP. El primero que todavía falta tiempo y a ninguno le interesa acortarlo. El segundo es que cuando llegue la hora de la verdad, los encuestados de ahora no votaran a un Rivera que dice que le da igual apoyarse en Sánchez que en los populares. El tercero y el más importante, que Rajoy hará lo que ya tenía que haber hecho: dejar paso a Feijoo, como próximo candidato.

Y a este, Rivera no le ganara unas elecciones. Los dos saben predicar. Pero uno tiene experiencia como gobernante y el otro no. ¿Vicepresidente Rivera? Eso puede ser. Pero nada más?