La ‘Estrella de Belén’ pasó por Miróbriga en la Noche de Reyes de 1433

La Noche de Reyes es siempre sinónimo de magia y de cosas inexplicables, como que tres Magos de Oriente sean capaces de repartir en una única velada juguetes a niños de todo el mundo. Esos niños seguro que no saben, y quizá muchos adultos tampoco recuerden la historia, que hubo una vez en Ciudad Rodrigo donde la realidad superó a la magia en la Noche de Reyes.

Fue en el lejano 1433, es decir, hace 585 años, cuando en plena Noche de Reyes en el cielo mirobrigense se observó un extraño fenómeno meteorológico, que tratándose de la noche que era, bien pudo tratarse de la Estrella de Belén guiando a los Magos de Oriente en su recorrido universal.

Lo recordó hace ahora cuatro años -en otra ocasión donde las previsiones meteorológicas eran complicadas- la Agencia Estatal de Meteorología, cuando como efeméride del 5 de enero indicaron que ese día de 1433 en Ciudad Rodrigo, "en un día muy claro, se ve un color de fuego o llama que corre por el cielo, y seguidamente un trueno tan grande que se oye a 7 u 8 leguas".

Según la información adicional que estuvo disponible en su día en un mapa de meteoritos que tenía Google Maps, entre los testigos de aquel extraño fenómeno estuvo el mismísimo Rey Don Juan II de Castilla, en cuya Crónica escrita en el siglo XVII se relata en castellano antiguo: «Partió [el Rey] de Cibdad-Rodrigo [en dirección a Madrid, donde tenía convocadas Cortes] en comienzo del año de mil y cuatrocientos é treinta y tres años lunes, cinco dias de Enero, é caminando vieron todos una gran llama que iba corriendo por el cielo é duro gran rato, á dende á poco dio un tronido tan grande que se oyó á siete ó ocho leguas dende».

Sobre la explicación que se dio por aquel entonces al fenómeno, en la carta LXXIV de la Crónica el Bachiller Fernán Gómez Cibda-Real habla sobre lo dicho por el Deán de Burgos al respecto del fenómeno: «El Dean de Burgos diz, que cree ser materia de la más primera región viscosa é condensa que el sol la encendió, é su peso no la dejó desfacer así luego, é la natura del fuego la traia de acá para allá, mientras que se gasto lo viscoso, é su fin fue el tronido.»

Volviendo un poco a la 'realidad', hay que apuntar que la teoría más extendida en torno a aquel fenómeno que se divisó en el cielo mirobrigense en 1433 es que se trató de un meteorito, tal y como recogió en un artículo en 1959 el astrónomo Antonio Paluzíe Borrel citando a M. Faura y Sans.