La Marcha Teresiana devuelve a Santa Teresa a Alba de Tormes
ALBA DE TORMES | La trigésimo séptima edición de la marcha concluyó esta tarde en la villa ducal después de cuatro intensos días de camino
Ni los cuatro intensos días de camino ni los cerca de cien kilómetros recorridos han sido impedimento para que el centenar de personas que esta tarde ha acompañado la Marcha Teresiana hasta el convento de las Madres Carmelitas de Alba de Tormes hayan despedido la XXXVII edición bailando y con evidentes signos de alegría, más que de cansancio.
La llegada a Alba de Tormes ha supuesto el punto final de una nueva edición que crece y se afianza año tras año. En esta ocasión han sido ciento veinticinco las personas que en algún momento han realizado parte del trayecto de la Marcha Teresiana, llegando cerca de un centenar esta tarde hasta el convento de las Madres Carmelitas. En sus espaldas quedan ya los casi cien kilómetros recorridos rememorando el último viaje terrenal de Santa Teresa, procedente desde Medina del Campo y con destino Alba de Tormes.
En esta cuarta y última etapa de la marcha, los peregrinos han realizado la tradicional parada en la cuesta hijosa, donde han aprovechado para descansar y bailar una vez más la canción de la Marcha Teresiana. Momentos después retomaban el camino y tras dos horas entraban entre aplausos en la Plaza de Santa Teresa para tomar parte del último acto de esta edición.
Como cada año, la Marcha Teresiana estuvo marcada por el buen ambiente, los bailes, la música y la alegría que acompañó a los peregrinos durante todo su transcurso, siendo fiel de esta manera a los valores de su nacimiento; vivir una experiencia de camino, rememorando el último viaje de Santa Teresa de Jesús, desde Medina del Campo a Alba de Tormes, para buscar, de su mano, al Señor que había dado sentido a su caminar y sigue dando sentido hoy al de cada cristiano.