Miles de personas siguen unos fuegos artificiales más mirobrigenses y de mayor duración

Miles de mirobrigenses y forasteros salieron a la calle en la agradable noche del lunes (hacía una temperatura muy buena) para disfrutar del clásico lanzamiento de fuegos artificiales, que por segundo año consecutivo se programó en la víspera del 15 de agosto, para que así todas esas personas no tuvieran prisa en irse para casa a la conclusión del espectáculo.

Como se había explicado en los días previos, el lanzamiento de los fuegos tenía una importante novedad, que era que corría a cargo ?varios años después- de una empresa local, Ferretería Sertorio, que no decepcionó a todo el público repartido por la Cuesta de Santiago, la parte de la muralla que da al río, la zona de La Pesquera, la de los pontones, el Puente Mayor, el Puente Nuevo o el Paraje.

La empresa encarga del lanzamiento en sí fue la leonesa Pibierzo, ofreciendo un espectáculo de 13 minutos y medio de duración, superior a la de los últimos años (los dos años anteriores duró 10 minutos), pese a que este año el presupuesto que tenía la actividad era inferior.

Aunque es difícil de comparar espectáculos de un año para otro, quizás el inicio en esta ocasión fue 'más tranquilo', pero la traca final fue más larga. De hecho, hubo un momento dado donde ya se empezaron a escuchar aplausos por parte del público pensando el espectáculo había concluido pero todavía quedaba el final definitivo.

Como es habitual, el lanzamiento de los fuegos contó con el seguimiento de cerca de efectivos de los Bomberos (por si se producía algún incendio), de Cruz Roja, de la Guardia Civil y de la Policía Local. Éstos últimos se encargaron especialmente de que a la hora del espectáculo estuviese despejada de vehículos la zona comprendida entre el segundo parking de La Pesquera y el Puente Mayor, después de que estuviese llena durante toda la tarde.

Finalizado el espectáculo, llegó la hora para muchas personas de 'luchar' por una terraza en el centro histórico, estando más que cotizadas. Así, se pudieron ver todas las de la Plaza llenas, con mucho más público paseando por el ágora esperando que quedase alguna libre. Asimismo, como también es tradición, se formó una larga cola a las puertas de la Heladería Menta y Limón.

El lleno en las terrazas no fue exclusivo del centro histórico, sino que también estaban así, por ejemplo, todas las de la calle Laguna y Lorenza Iglesias. De igual modo, también había bastantes grupos de personas, tanto de jóvenes como de mayores, sentados en bancos del Parque de La Glorieta aprovechando la excelente climatología.