Campus CB Tormes
Al principio.
¡Van a venir algunos jóvenes de Aviva a nuestro Campus!
Al principio vuelan las dudas, te asustas ante lo que está por venir, ante lo desconocido, cierto sentimiento de incertidumbre te acecha.
Pero afortunadamente, como explica el "Cazo de Lorenzo" existe gente maravillosa, personas extraordinarias que son capaces con su varita mágica de transformar nuestras miradas.
El Club Baloncesto Tormes es nuestro Harry Potter, nuestra J. K. Rowling cada uno de los jóvenes deportistas de la Fundación, hemos encontrado una puerta abierta que ha permitido ser parte de una familia de 140 alumnos de un Campus especial.
Estas letras las escriben Estefy, Arón, Carlos, Paula, Javi, David, Gorka, Fernando, Carolina, Rubén y Daniel.
Los niños dicen: ¡da unos abrazos muy fuertes!, ¡tiene la boca pequeña!, ¡nos saluda todo el rato!, ¡es muy alto!. Son niños, traducen la versión original tal y como es.
Los monitores sois peques grandes, sabéis que tan importantes son los conocimientos como la actitud docente, os habéis adentrado en una mina oscura y se ha hecho la luz al pulir cada piedra preciosa encontrada en una mirada, en un gesto, en un abrazo, en un silencio con calma.
Hemos aprendido que la discapacidad es sólo una palabra, ahora conocemos nombres propios.
Hemos aprendido que las etiquetas se ponen en los envases, que estamos todos en el mismo camino.
Hemos aprendido a andar sin prisas, a felicitar el esfuerzo, a entrenar la amabilidad, a respetar la diferencia, hemos vivido que la diversidad es, además de un derecho, parte de nosotros mismos.
Quizá no os dais cuenta de lo importantes que ya sois para nosotros, porque cuando alguien entra en nuestras vidas ya no se va, tenemos un sentimiento infinito de fidelidad hacia quien nos muestra, con ciertas dosis de exigencia, respeto y cariño.
Tenemos memoria, y os recordaremos, tenemos maestros, y hemos aprendido, tenemos amigos.
Gracias a los educadores del Club Baloncesto Tormes, gracias a los alumnos del Campus por ser parte de la familia Aviva.
Recordad, que la discapacidad no se puede explicar, hay que vivirla, que sólo nos diferencian las oportunidades que tenemos y vosotros nos habéis dado la oportunidad de estar y de ser.
Ole, ole y ole.
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