Aquellos tiempos...

Aquellos tiempos sin televisión, cuando en los atardeceres del buen tiempo niños y madres íbamos paseando hasta la fuente del "Cántaro" en la carretera de Zamora, si los padres nos acompañaban subíamos hasta la "Media Luna"; o cuando íbamos a la Glorieta a ver salir a los toreros y a las cuadrillas en aquellos impresionantes "haigas" con un soporte metálico soldado a la altura del espejo retrovisor para llevar el botijo y enfriar el agua con la velocidad; o cuando el autobús pasaba por la calle Van Dyck porque la Avenida de Portugal era un lodazal después de arrancar los raíles y las traviesas de la vía del ferrocarril que iba a Portugal y que terminaron de adecentar los soldados del cuartel de Ingenieros; o los diarios hablados, que todo el mundo llamaba "partes", a las 14´30 horas y a las 10 de la noche cuando las emisoras locales conectaban con Radio Nacional; o los discos solicitados por novios/admiradores/familiares/compañeros; o el Santo Rosario en Familia del padre Patrick Peyton; o la orden obligando a la exhibición previa a la película de un Noticiario Documental (NO-DO) en todos los cines, o "El Ángel del Señor anunció a María y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. Campanadas de la Catedral Nueva de Salamanca. Son las doce en punto de la mañana"; o los clubs juveniles en las parroquias con baile los domingos por la tarde haciendo la competencia a los guateques en casas alquiladas, pisos de estudiantes, trastiendas y sótanos de bares como el "Dos Barras", "Tritón" o "Mesón del Marqués"?, hasta que llegaron las discotecas como el Sgto. Pepper´s, Emperatriz, Hindagala, Coquette o Tito´s; o cuando el domingo por la mañana salía la juventud de vinos o cañas por la Calleja, o la calle Concejo, o el Atenas con sus patatas bravas; o las tardes con las mujeres cosiendo o haciendo punto o zurciendo en riguroso silencio roto apenas por suspiros y recriminaciones mientras escuchaban "La canción de Bernadette" o "Simplemente María" o "Matilde, Perico y Periquín" o el Consultorio de Elena Francis o "Un arrabal junto al cielo"; o los partidos de futbol y las corridas de toros retransmitidas que se oían en "off" a la hora de la siesta en aquellos patios de vecinos que olían a cocido, a guiso de legumbres, a chorizo frito y a paella los domingos; o las noches de verano cuando los vecinos salían a pasear por el centro y en los barrios bajaban sillas para sentarse a la puerta a "tomar el fresco"; o apuntar simplemente aquel mundo de olores de las calles sin asfaltar, de los carros tirados por caballerías, de la Semana Santa, de los Ultramarinos Finos, de las rosas, de los libros nuevos, de la ropa de los domingos, de los pámpanos en primavera, de los rebaños de ovejas trashumantes pasando por Salamanca, de las tiendas de paños con urticaria, de los estuches de madera de dos pisos con goma/sacapuntas/lápiz/pinturas/plumines?