Multitudinaria y calurosísima llegada de La Borriquilla al centro histórico

Ciudad Rodrigo vivió en la mañana del Domingo de Ramos uno de los momentos culminantes de su Semana Santa: la procesión de La Borriquilla, que estuvo marcada por el intenso calor que hizo en todo momento, lo que favoreció que el seguimiento del desfile fuera aún más multitudinario si cabe.

La mañana comenzó con la bendición de las palmas de la Cofradía de Jesús Amigo de los Niños en el Centro Parroquial de Santa Marina, desde donde se dirigieron al templo parroquial para asistir a una misa presidida por el párroco Domingo Peinado.

A la conclusión, llegó el momento de que se pusiera en marcha la procesión, que fue abierta como es habitual por tres jóvenes con capuchón (los únicos de toda la comitiva), dos de ellos portando faroles y el tercero, una gran bandera. A continuación, iban varios jóvenes con banderas de menor tamaño, antes de los grandes protagonistas de esta procesión: los niños de menor edad que desfilaron con palmas con formas especiales mientras eran seguidos muy de cerca por sus progenitores y otros familiares.

En esta ocasión, hubo una participación más o menos similar a la del año pasado, con cerca de medio centenar de niños pequeños, algunos de los cuales desfilaron sentados en carritos empujados por sus padres.

Tras ellos iba el paso de La Borriquilla, que fue empujada durante todo el recorrido también por jóvenes, que fueron a cara descubierta durante la mayor parte de la procesión excepto en el paso por la Plaza Mayor, cuando se cubrieron las cabezas con el capuchón azul de la Cofradía.

El paso por la Plaza fue animado desde la balconada de la Casa Consistorial por el Obispo Raúl Berzosa, que fue realizando una serie de reflexiones en torno a la entrada de Jesucristo en Jerusalén, aunque principalmente inició cánticos para que le siguieran los cientos de personas congregadas en el ágora mirobrigense. Este año, por aquello de intentar escapar del sol, la zona de sombra estuvo prácticamente llena a rebosar de público, estando más 'libre' la de sol.

Como es habitual, el párroco de Santa Marina, Domingo Peinado, subió a la balconada de la Casa Consistorial con varios niños, que leyeron una serie de peticiones. Una vez concluyeron, volvieron a bajar a la Plaza para que continuase la comitiva, que este año contó con la presencia de representantes de todas las Cofradías de la Semana Santa Mirobrigense, que lucieron sus túnicas, capas y varas.

En la parte final de la comitiva desfiló la Banda de la Cofradía de la Santa Cruz, cerrándose la procesión con varias banderas de la Cofradía de Jesús Amigo de los Niños.

Tras un segundo paso por la Plaza Mayor (que ya se iba llenando de terrazas), la comitiva continuó en dirección a la Catedral, deteniéndose en la Plazuela de Herrasti para realizar la habitual foto de familia antes de que la imagen de La Borriquilla desandase algunos metros para entrar en la Seo mirobrigense por la Puerta de las Cadenas.