La pasión más intensa en cada rincón de Las Villas

Desde 1997, Villoruela cuenta con uno de los mayores atractivos de la Semana Santa de Las Villas. A lo largo de un recorrido de unos quinientos metros, en la mañana del Viernes Santo un grupo de vecinos representa en el Vía Crucis viviente, vistiendo las vestimentas típicas de la época y caracterizando a los personajes más destacados, con Jesucristo como protagonista. Soldados romanos le escoltan por las calles, mientras son acompañados por cánticos y oraciones que rompen el respetuoso silencio que mantienen los asistentes. En el mirador se representa la crucifixión, tras la que el cuerpo es conducido a hombros de regreso a la iglesia de la localidad. Encabezando el séquito, un grupo de niños lleva cruces haciendo mención a cada una de las estaciones. Son numerosas las personas, algunas de pueblos cercanos, que cada año asisten al Vía Crucis, que ha recobrado vida tras unos años en los que contó con escasa participación. Un ejemplo más del empeño de los vecinos de Villoruela por mantener sus tradiciones.

Cantalapiedra cuenta con uno de los programas de Semana Santa más extensos de la zona, que comienza con la procesión de La Borriquilla. Los niños, ataviados con túnicas blancas, son los protagonistas de esta procesión. El Jueves Santo tiene lugar la procesión del Flagelado y el viernes el Vía Crucis y la procesión de La Soledad. A lo largo de la Semana Santa se celebran varias misas en el Convento, la ermita de Nuestra Señora de la Misericordia y la iglesia de Santa María del Castillo.

El resto de municipios de la comarca también vive con pasión la Semana Santa. En Villoria destacan los Vía Crucis de mujeres y hombres, celebrados por separado, primero el de los varones, que recorren las calles cargados con cruces, y a continuación el de las mujeres. Babilafuente celebra una gran procesión en la noche del Viernes Santo, cuando los vecinos portan a hombros varias tallas.