In Memoriam: Pregón íntegro de Paloma Gómez Borrero en el Carnaval 2009

Hace dos semanas fallecía, víctima de una rápida enfermedad, la veterana periodista y comunicadora Paloma Gómez Borrero, a la que hemos decidido rendir un pequeño homenaje recuperando el pregón íntegro que ofreció para abrir el Carnaval del Toro 2009.

En aquella intervención, Paloma Gómez Borrero habló de aspectos del Carnaval mirobrigense así como de otro famoso Carnaval, el de Venecia, recogiendo en la parte final alguna anécdota relacionada con su adorado Papa Juan Pablo II y mencionando la prohibición de las corridas de toros en Italia.

Durante aquel pregón, explicó que era la primera vez que venía a Ciudad Rodrigo, pero que esperaba que no fuese la última, algo que cumplió, ya que regresó en 2015 para participar en los actos de conmemoración del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús.

Concretamente Paloma Gómez Borrero ofreció en septiembre de 2015 un recital poético en clave teresiana en el Convento de las Madres Carmelitas. Ese espectáculo, que llevaba por título Teresa. Una castellana vieja y recia, incluía la participación de dos músicos (el barítono Luis Santana y el pianista Antonio López Serrano) y se representó por toda España

Este es el pregón íntegro que pronunció para abrir el Carnaval 2009 (quedando su recuerdo dentro de la galería de fotografías de pregoneros que hay en el Teatro Nuevo):

Os agradezco el honor de hacerme pregonera de la fiesta más famosa y alegre, una fiesta que ha traspasado las fronteras de la Vieja Castilla para adentrarse en las del mundo. He venido con mucha ilusión pero también con el temor de no ser capaz de impregnar mis palabras con el molinillo de entusiasmo, color y fantasía del Carnaval y de la austeridad hermosa de los encinares de las dehesas donde crecen los toros, en bravura y gallardía y su noble estampa se mezcla en los campos con la de los majestuosos árboles.

Cuando el alcalde Javier Iglesias me lo propuso tuve la tentación de decirle que no, pero luego me dije: Cuando algo se hace con amor, no se tiene miedo y yo, os aseguro que en este pregón... cariño he puesto mucho. Pensé también que era la ocasión maravillosa de conocer Ciudad Rodrigo, una de las ciudades que ha escrito páginas inmortales de la Historia de España. Es la primera vez que vengo aunque espero que no sea la última... El duque Lord Wellington definió Ciudad Rodrigo como "la posición mejor escogida entre todas las ciudades fronterizas que había visto en su vida". Yo en el colegio estudié los monumentos, los castillos, los conventos, los palacios que guardan hechos grandiosos y leyendas plenas de interés.

De Ciudad Rodrigo se enamoraron hasta los romanos cuyo recuerdo ha quedado para siempre en las Tres Columnas que el escudo de la Ciudad ha inmortalizado. Acabo de llegar de Roma, de la Ciudad de los Césares, y reconozco que encontrarme con los tres pilares romanos que me han recordado el Foro de César, me ha impactado.

Pero he venido para cantar el Carnaval del Toro, la fiesta principal, fiesta madre de vuestras muchas fiestas, hasta el punto de haber sido declarada de interés turístico nacional, quizás también porque es la más antigua de España según prueba un documento del tiempo de los Reyes Católicos. Y de Carnavales les hablaré hoy.

Dicen que para comprenderlos bien hay que ir a Río de Janeiro, a Venecia y a... Ciudad Rodrigo, con una particularidad que el Carnaval vuestro es único e irrepetible por el protagonismo que tiene el toro. Un Carnaval en el que no falta una Reina, este año de gracia 2009, Su Majestad Inmaculada Rodríguez, a la que acompañan seis damas: Yolanda, Begoña, Maite, Silvia y las dos Marías, María Alfonso y María Rodríguez. Un ramillete femenino que conjuga donaire, juventud y belleza. En la Reina y las seis damas de su Corte quiero rendir un homenaje a todas las mujeres mirobrigenses, artesanas del amor, comprensivas, generosas, bálsamos de consuelo, porque como dice el poeta: "No hay que ganar al hombre con tambor y clarines y en el viento el airón. Hay que entrar, de puntillas, con pasos como besos por las sendas oscuras que van al corazón".

Y hablando de mujeres. Este año hay en el Carnaval bastante relevancia femenina. Además de la Reina y las damas se ha decidido que el Pregón lo pronuncie, ¡una pregonera! y entre las asociaciones, rondallas, agrupaciones y charangas, en este Carnaval "Los Amigos del Alguacilillo" han elegido a Gloria. La primera alguacililla de la popularísima asociación aunque ya hay otra, Tina Vicente que dirige con acierto la Peña juvenil de "Los Lanceros de Don Julián Sánchez El Charro". ¡No se podrá decir que los mirobrigenses son machistas!

Disfraces, música, himnos, alegría por doquier y muchos toros, la otra vertiente del Carnaval de Ciudad Rodrigo. Toros bravos que corren en los desencierros, capeas, en los encierros que se remontan a 550 años. Más de cincuenta mil personas se echan a la calle para animar, jalear, admirar y aplaudir el valor de los corredores y encerradores mirobrigenses. Y ¡que no vengan los de Pamplona a hablaros de San Fermín y de la calle la Estafeta!

Permitidme que entre los inolvidables farinatos que han entrado en los anales de los Carnavales del Toro, recuerde hoy a Tayo Sánchez, Agustín Moriche, Sandalio Martín, Alberto Carvajal, Chuchi de Elías, Vicente Hoyos ?Tito? y al indiscutible Chago Aparicio. Veteranos corredores que han hecho escuela y han sido ejemplo de gracia y valor para la pléyade de jóvenes que cada día se arriesgan entre los cuernos de los toros en el recorrido de los encierros y desencierros, zigzagueando por las agujas que delimitan el recorrido; haciendo quiebros al toro como coqueteo de enamorados...

Y en este juego apasionante y peligroso, ¡cómo no recordar a los Corchero, a Florindo, a los ganaderos Manolo y Pedro Santos!. Al toro y al Carnaval en Ciudad Rodrigo le pasa como a los Reyes Católicos "que tanto monta, monta tanto Ciudad Rodrigo como el astado". En el Carnaval forman un binomio perfecto; un matrimonio bien avenido e inseparable. Una pareja salpicada de protagonistas, de peñas, rondallas, charangas, de capeas.

Necesitaría horas para evocar a todas ellas y a cada uno, pero como algunos me han impresionado, querría evocar a los ¡cuatro magníficos de los 80 años cumplidos!?

Conrado, tan querido; el eterno maletilla que encandila con su peculiar arte de torear y a quien ni los años ni las cogidas, la última en el Carnaval de hace un par de años, le hacen tirar la muleta? A Ángel de Elías, Patriarca del Bolsín Taurino, encerrador durante más de 60 años, el mejor en la historia carnavalera mirobrigense. A Maxi Toribio, alma de la charanga Los Sostenidos, siempre allí, en el burladero de la derecha de la puerta de la calle Madrid con su chaquetilla impecable, sin una arruga que su mujer Cata, la tiene más blanca que la nieve. Un cuarteto que tristemente se ha quedado en "terceto" porque Ángel de la Nava se nos ha marchado aunque la antorcha de su memoria, en los cinco días del Carnaval, la ha recogido su sobrino "Pesetos". Así pues un año más la Plaza Mayor se trasformará en coso taurino con tablaos montados con más arte y estilo que el ruedo de La Maestranza de Sevilla o el de Las Ventas en Madrid.

Todo me lo ha contado antes de venir Pepe Casamar, pluma y corazón de La Voz de Miróbriga, me lo explicaba con tantísimo entusiasmo y cariño, que me contagió y mientras le escuchaba me parecía que a todos os conocía de siempre y me iba enamorando del mosaico multicolor del Carnaval del Toro.

Pero no os voy a contar vuestro Carnaval que vivís y conocéis mil veces mejor que yo, ni el de Río de Janeiro que, gracias a la tele, no tiene secretos. Hemos visto los carros y las escuelas de samba desfilando en el Sambódromo aunque no hayamos ido nunca a Brasil. Para realizar los disfraces y los carros los cariocas trabajan todo el año. Es el carnaval más loco y desenfrenado del mundo, hasta el punto que nueve meses después empiezan a nacer un montón de niños a los que ya les llaman sambitos carnavaleros. Pero como vengo de Italia creo les gustará que les cuente un poquito del otro gran y famoso Carnaval, el de Venecia, la ciudad que Napoleón definió el salón más bello de Europa. Venecia de por sí es una ciudad enmascarada, misteriosa y mágica en la que en lugar de moverte por un decorado, lo vives. Durante los diez días que dura el Carnaval los habitantes se disfrazan con trajes suntuosos y espléndidos y máscaras espectaculares.

Ataviados con ropajes de seda deslumbrantes del 1700, con pelucas imponentes y los rostros cubiertos con caretas o máscaras blancas, plateadas y doradas pasean por los canales en góndolas o caminan por las calles y los puentes. Quienes no pueden disfrazarse con los ricos vestidos de la época de Casanova, se cubren con una capa de seda negra, del mismo color del antifaz y lucen un sombrero de tres picos. Venecia torna a los siglos pasados.

Es la representación visiva de sinfonías de Vivaldi y de cuadros del Canaletto. En este 136 Carnaval veneciano por vez primera el domingo "el via" lo dio el tradicional llamado "vuelo del ángel", un ángel con inmensas alas y un traje largo cubierto de lentejuelas blancas, bellísimo.

Era una joven famosa, la hija de un rey de la moda italiana, Margarita Missoni. Voló desde la torre más alta del Canmpanile, hasta bajar a la entrada del palacio del Dux en la Plaza de San Marcos, mientras tiraban serpentinas y globos de mil colores. Margarita demostró un valor considerable, porque el vuelo era desde 70 metros. El Carnaval del año pasado en cambio, el ángel fue el cantante Coolio y antes, por temor a un accidente, recorría la plaza por los aires una gigantesca máscara popularmente conocida como La Colombina.

En Roma, en cambio, el Carnaval no tiene ninguna fama; se podría decir que es más bien infantil. Niños disfrazados de Zorro, Batman, Superman, incluso de King Kong, y niñas de princesas o Blanca Nieves pasean de la mano de sus orgullosos padres tirándose papelillos de colores y serpentinas, luciéndose por las calles del centro, en torno al Coliseo, la Plaza de España. ¡Nada del otro jueves!

Y ¿en la Ciudad del Vaticano, se preguntarán algunos de ustedes, se festeja el carnaval? ¡Qué quieren que les diga!... Pues no. En el diminuto Estado de la Iglesia, apenas 45 hectáreas, el Carnaval es simplemente la antesala de la Cuaresma. Si queremos hilar fino, los únicos que se puede considerar que van disfrazados son los Guardias Suizos que siguen llevando hoy el mismo uniforme del 1500 que por orden del papa Julio II, les diseñó Miguel Ángel. Van con yelmo adornado de plumas, alabarda y, en las grandes ocasiones, con coraza. Son 122 fieles soldados del Papa que componen la más pequeña y gloriosa infantería del mundo en muchas ocasiones por defender la del Sumo Pontífice y hoy tienen el privilegio, después de diez años de servicio, de quedarse de recuerdo con el vistoso e ilustre uniforme.

Y ya que estamos en la Ciudad del Vaticano les contaré una anécdota que pasó en el viaje a Manila del inolvidable Juan Pablo II. Al llegar a la capital de Filipinas, al bajarse del avión, al pie de la escalerilla el Papa se encontró con un batallón de niños uniformados exactamente igual que la Guardia Suiza. Era la sorpresa que le tenía preparada la esposa del presidente, la inefable Imelda Marcos. Tendrían que haber visto la cara de asombro y la risa espontánea del Papa Juan Pablo. Era su Ejército en miniatura y con ojos orientales ...

En cuanto al toro, la otra vertiente del Carnaval mirobrigense. En Italia ¡ni soñarlo! Las corridas están totalmente prohibidas y los únicos toros que hay son mansos como vacas lecheras. Luis Miguel Dominguín quiso una vez torear en la Arena de Verona pero tuvo que desistir porque los italianos se pusieron en pie de guerra.

Bueno, ahora que recuerdo, en tiempos de Mussolini sí que toreó un torero de La Roda, se apodaba El Rodalito, pero pudo dar solamente unos simples capotazos y creo que no llegó ni a cumplir el contrato. A pesar de que era una corrida sin picadores, ni banderilleros, ni por supuesto entraba a matar, Rodalito y la corrida levantó tanta indignación y protestas que los toros volvieron al toril. Rodalito, sin embargo, quiso dejar bien claro que él era un torero y caminaba por las calles de Roma, con andares de paseillo, vestido con el traje de luces verde y oro, con medias, zapatillas y montera. ¡Y no era época de Carnaval! Me contaba Rodalito, ya muy mayor, que las romanas se lo comían con los ojos. La historia de Rodalito terminó como la copla: Se casó con su traje verde y oro, y chaquetilla de alamares, con una condesa italiana, y con ella en coche de caballos, entró el día de la boda en la plaza de San Pedro.

Y con Roma, Rodalito y la plaza vaticana pongo punto final al pregón. Con mucha pena por no poder acompañaros en estas fiestas, aunque no iba a correr los toros por mucho que me avise la Campana Gorda del Ayuntamiento, pero sí tomaría parte en el bullicio y en la animación callejera y aunque, imagino que engorden mucho, probaría el bollo maimón, las perronillas y los huevos con farinato. Creedme que con el deseo estaré unida a todos vosotros cantando el estribillo:

Forastero Forastero

Verás lo que es gozar

De toda clase de encantos

Que encierra nuestra ciudad

Regreso de nuevo a Roma, a la Ciudad de las 7 Colinas, pero antes de dejaros deseo haceros una recomendación:

No perdáis vuestras tradiciones, vuestras fiestas de siglos para que los niños de hoy, hombres del mañana, tengan fuentes en las que beber.

Desde lo más profundo de mi corazón, desde esta ilustre Ciudad Rodrigo, arrullada por el murmullo de las ramas de las encinas del Robledal, acariciada por el viento de la sierra de Camaces, bañada por las aguas plateadas del Águeda, abrazada por las piedras milenarias de la muralla, digo con vosotros: ¡Viva Ciudad Rodrigo! ¡Viva el Carnaval del Toro!