El Toro del Aguardiente cornea de gravedad a un mirobrigense nada más salir

Ciudad Rodrigo inició su último día de Carnaval de una forma espeluznante, con una grave cornada por parte del Toro del Aguardiente a un corredor mirobrigense nada más salir al coso taurino de la Plaza.

Precisamente, este corredor era el que se encontraba más cerca del callejón esperando la salida del astado, como había hecho en años anteriores. Al verlo aparecer, salió corriendo hacia una zona cercana de barreras, pero no fue capaz de subirse.

El Toro, de nombre Pirolito, le vio y fue a por él, atravesando con uno de sus cuernos el muslo de la pierna izquierda del varón, de 46 años de edad. Dentro de lo que cabe, el corneado tuvo cierta suerte ya entre lo que él se estaba sujetando con las manos y lo que le ayudaron otros, no llegó a caer a la arena ni el toro logró arrastrarlo hacia delante.

El herido fue trasladado rápidamente al quirófano dejando un importante reguero de sangre, ya que la cornada provocó una gran hemorragia, siendo éste el principal problema que se encontraron los cirujanos. Tal era la complicación que fue necesario abrir el muslo "de arriba abajo", según explicó al acabar la mañana el doctor Enrique Crespo, que estuvo operando a este mirobrigense durante 2 horas y media.

La cornada, de dos trayectorias, arrancó colaterales venosas de la vena femoral, le disecó el nervio femoral y le provocó graves destrozos musculares. Producto de la pérdida de sangre, el corneado sufrió un shock hipovolémico, del que le reanimaron en el quirófano. Una vez el paciente estuvo operado y estabilizado, se le envió entubado ?que costó hacerlo al tener el herido un cuello ancho- y con pulsos periféricos en el pie al Hospital Clínico de Salamanca.

Dejando a un lado la grave cornada, el Toro del Aguardiente, de nombre Pirolito, y donado por la Guardia Real de Tato Galerías, dio un buen juego, aunque concentró la mayor parte de su estancia en la Plaza Mayor, donde lo disfrutaron especialmente varios maletillas. El Toro fue recogido sin apenas demora tras 50 minutos de estancia en las calles mirobrigenses.