Pro multis

El próximo domingo, I de Cuaresma, 5 de marzo de 2017, entra en vigor la nueva edición del Misal Romano en castellano. Contiene la nueva traducción del original de la Edición Latina de 2008, que sigue los criterios expresados en la Instrucción "Liturgiam Authenticam", dada por el Papa Juan Pablo II el día 28 de marzo de 2001. Esa Instrucción pedía que las traducciones de los libros de la Liturgia Romana se realizara con mayor fidelidad a los textos originales, a diferencia de las primeras versiones realizadas en los primeros años de la reforma Litúrgica católica, consecuencia del Concilio Vaticano II, que eran más "libres", para facilitar la comprensión de los fieles.

Esta nueva edición del Misal Romano contiene nuevas formulaciones de las oraciones, nuevos prefacios, se han unificado los nombres dados a la Virgen María y otras aportaciones, entre las que cabe señalar que las citas bíblicas siguen todas el texto de la versión oficial de la Biblia de la Conferencia Episcopal Española.

Sin duda la modificación "estrella" es la traducción, más literal, de las palabras de la Consagración del vino. Durante muchos años, los sacerdotes hemos empleado la fórmula "sangre?que será derramada por vosotros y POR TODOS LOS HOMBRES?". La nueva edición del Misal Romano dice, sin embargo, "sangre?que será derramada por vosotros y POR MUCHOS?"

La Liturgia católica se desarrolla a través de múltiples canales de expresión: tiempos, colores, gestos, símbolos, sonidos, ritmos, luces, espacios, movimientos, lenguaje corporal, silencios ?muy importantes-?y palabras. En contra de una opinión popular muy extendida, la Liturgia Católica tiene una variedad enorme, las posibilidades de combinaciones y variaciones de todos estos elementos entre sí son casi infinitas. No podría ser de otra manera, pues la tradición se ha ido acumulando siglo tras siglo hasta preñar de sentido las celebraciones?lo que obliga a una formación permanente de los sacerdotes y los fieles para comprender lo que pueda ser comprensible, a la par que se deja abierta la puerta del alma al Misterio.

Estas modificaciones propuestas en las palabras de la Misa a algunos les parecerán un paso atrás, un signo de carcucia y tradicionalismo. Yo sostengo la opinión contraria: son un signo de adaptación a la Modernidad, o mejor, una expresión, en conceptos más modernos, de la oferta de Salvación que viene de Dios, para los que creen en Él en el siglo XXI. La libertad es la esencia de la Modernidad, lo que distingue nuestra época de otras, lo que diferencia a las Sociedades libres de las que no lo son. Los cristianos sabemos que la Salvación nos viene de Dios como un regalo que hemos de aceptar libremente. Víctor Manuel, cantautor, en un disco de 1999, rechazó esa Salvación, o cantó que la rechazaba, que no se quería salvar, que en el infierno no estaba tan mal. ¡Déjame en paz! Dios no puede salvarnos contra nuestra voluntad. Dios nos salva con su gracia y por su misericordia, pero con nuestra colaboración, sin violentar nuestra libertad, antes al contrario, potenciándola. Personalmente estoy convencido de que la oferta de Salvación que Dios nos hace por medio de Jesucristo es "para todos los hombres"; pero la condición de posibilidad de que esa Salvación sea para todos es que yo tenga libertad y posibilidad real de acoger esa redención y, por tanto, también de rechazarla. El "por muchos" quiere decir precisamente eso, que yo permanezco libre ante la propuesta que Dios me hace.

Y, además, parece que la expresión "por muchos" es más fiel a las mismísimas palabras de Jesús.