España, un país con corrupción para Rato…

En los últimos años el destape de casos de corrupción ha sido una constante en España. Este hecho no significa que la corrupción haya surgido de repente en los últimos años, sino más bien que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado están haciendo un excelente trabajo en este ámbito. En este sentido, quiero aprovechar esta tribuna para dar a Guardia Civil y Policía Nacional la enhorabuena por su buen trabajo en la persecución de la corrupción, así como mandarles ánimos para seguir trabajando destapando tramas corruptas.

Como apuntaba, la corrupción en España no es algo nuevo, sino un problema heredado de regímenes anteriores y que se encontraba enquistado tanto en el Antiguo Régimen, como en el sistema liberal del XIX, o ya en el siglo XX. Y es que, de hecho, ningún régimen en España ha escapado a casos sonoros.

Así, al duque de Lerma se le puede considerar el padre de la corrupción en España, dado el pelotazo urbanístico que dio en el siglo XVII. Ya en el XX, en la II República nos encontramos con los sonoros escándalos de Straperlo y Nombela (que en 1935 dieron la puntilla al centrista PRR de Alejandro Lerroux), y posteriormente la corrupción generalizada que acaeció en el régimen franquista (estudiada a fondo por autores como Paul Preston o Mariano Sánchez Soler).

En la era democrática actual, el 'reinado' de Felipe González se saldó con otros tantos casos de corrupción (en el caso del PSOE quizá el más sonoro fue el caso Filesa), y ahora poco a poco van saliendo a la luz casos de la era Aznar, como el Gürtel, en los que se muestra la presunta financiación ilegal del PP (hecho no del todo nuevo, ya que el caso Naseiro había apuntado este hecho unos años antes).

En cuanto al método de financiación ilegal, el supuesto cobro de mordidas por conceder obras parece ser la estrategia favorita de los partidos, ya que se recoge en el caso del 3% de Convergència en Cataluña, en el caso Gürtel del PP, el Caso Ave en el PSOE, o también en el caso Zamora (que afectó hace unos años al PP), que aunque sea por cercanía geográfica no está de mal recordar.

Y como en todas las tramas hay un jeta que, o bien la encabeza, o bien se le carga el mochuelo de tener la mayor parte de culpa de la misma, a día de hoy es raro el paisano que no haya oído hablar de Bárcenas, de Correa, o de los antaño mitificados políticos Rodrigo Rato, Jordi Pujol o Manuel Chaves.

Esta semana precisamente se ha sabido que Rodrigo Rato, al que se consideraba el autor del 'milagro económico' de España (que el tiempo ha mostrado que más que un milagro era hinchar una burbuja ?inmobiliaria- para que posteriormente explotase), defraudó 6'8 millones de euros a Hacienda entre 2004 y 2015, si bien el Estado sólo le podrá exigir los 5'4 millones defraudados entre 2009 y 2015, ya que el fraude de 1'4 millones del lustro anterior ya ha prescrito.

Desde luego, Rato últimamente es rara la trama corrupta en la que no aparece implicado. A ésta destapada recientemente se suman el caso Bankia de las tarjetas Black, la trama Gürtel o los papeles de Panamá. Y es que si algo queda claro en este país, es que hay corrupción para Rato?