Fiesta matancera en defensa de las tradiciones

El sabor tradicional y la defensa de las tradiciones, en forma de fiesta de la matanza, ha llenado hoy la plaza Mayor de Sotoserrano de numeroso público que ha disfrutado de una de las fiestas populares inveranales más extendidas en la provincia. El protagonista de la jornada fue Octavio Pérez, exalcalde de la localidad, que ha sido nombrado matancero de honor al inicio del festejo. El alcalde, Sebastián Requejo, le entregó una placa conmemorativa como muestra de agradecimiento y le fue impuesta la blusa de matancero de la localidad.

A continuación se procedió al sacrificio de los cerdos, a la manera tradicional serrana. Dos ejemplares de cerdo ibérico fueron chamuscados, despiezados y expuestos al público en el ágora en una actividad organizada por la asociación de mayores 'San Ramon No Nato', en colaboración con el Ayuntamiento. Su presidente, Adelio Martín, señaló que se trata de mantener las tradiciones y ofrecer una jornada de convivencia para vecinos y visitantes: "El Ayuntamiento nos cede un marrano y la asociación pone el otro, y luego la empresa Jamones El Charro nos sala los jamones y paletas, y el resto de la carne la comemos en una merienda de la asociación. Finalmente, el tocino lo repartimos por la tarde, entre los socios y cualquier vecino que quiera un poco. Aunque la plaza está abarrotada, para nosotros el éxito es invitar a todo el mundo a que no pierda las raíces, y la matanza es parte de nuestra cultura".

Octavio Pérez Rodríguez fue nombrado matancero de honor por su gran dedicación a Sotoserrano y su pasado como matarife en el pueblo: "Yo no sabía nada, ha sido por completa sorpresa. Tengo 83 años y estoy jubilado y ha sido completamente por sorpresa. Fui dos veces alcalde, la primera vez con las primeras eleciones democráticas, cuando Suárez, que estuve una legislatura, y tras pasar otros dos alcaldes, volví otras dos legislaturas. También he sido presidente de la Cooperativa, y luego de la Almazara, toda mi vida ayudando y sin ganar nada. Porque siempre he querido ayudar a los vecinos en todo lo que pueda. Para mí es un placer echar una mano, y durante muchísimos años, desde que era un muchacho, era yo quien hacía de matanchín por las casas, haciendo la matanza particular de los vecinos que no sabían hacerlo. Habia años en que mataba 80 o 100 cerdos. Siempre sin cobrar nada, todo por ayudar. Incluso ahora, que estoy jubilado y me dedico al campo, le aro el huerto a aquel que necesite ayuda".

La música de la gaita y el tamboríl sonó toda la mañana mezclándose con el olor de la carne a la brasa ofrecida a la puerta de los bares de la plaza. Para esta tarde está prevista una cata de vinos en las bodegas Cuarta Generación a las 18:30 horas como colofón a la fiesta matancera.