El alto concepto de sí mismo del portavoz de Ciudadanos

Ser elegido en unas primarias en las que solo ha participado el 34 por ciento de los 20.065 afiliados al corriente de pago, porcentaje que se reduciría a un 22 si se calcula sobre el total de 30.856 militantes declarado -de lo que se desprende que mas de la tercera parte pasa de pagar las cuotas-, no parece que sea como para tirar cohetes. Pero ya era sabido que Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, está encantado de conocerse. Su hiperliderazgo en el partido naranja, que ya había superado con creces al ejercido por Rosa Díez en la UPyD, es todavía mayor después de esas primarias ganadas a la búlgara (87,3 por ciento), bien es verdad que frente a dos rivales que tenían las mismas posibilidades que Osasuna de ganar la Liga.

Lo que ya roza lo grotesco es que el portavoz parlamentario en Castilla y León, el ínclito Luis Fuentes, también se nos venga arriba y saque pecho por haber sido elegido miembro de la Ejecutiva nacional, de la que ya formaba parte tras haber sido designado a dedo por Rivera. Además de presumir de la "democracia interna" del partido -en su boca todo un sarcasmo, como bien conoce la militancia en Castilla y León- asegura don Fuentes que el líder de Ciudadanos ha contado con "los mejores y los mas capaces" a la hora de formar su equipo. Si decíamos que Rivera está encantado de conocerse, ahí queda el alto concepto que tiene de sí mismo su portavoz parlamentario en las Cortes regionales.

De lo que no parece haberse percatado el susodicho es de que, tras la renovación de la Ejecutiva nacional, él ha perdido el poco peso orgánico que tenía en el partido. Dejando a un lado al gurú económico Luis Garicano, que juega en otra división, Fuentes era hasta ahora el único representante de Castilla y León en la dirección nacional de Ciudadanos. Y ocurre que con la entrada en dicha Ejecutiva de los vallisoletanos Francisco Igea y Pablo Yáñez, esa representación exclusiva ha dejado de ser tal, siendo ahora tres los castellano-leoneses que forman parte del sanedrín naranja.

Añádase a ello que Yáñez tiene pedigrí en el partido y goza de la confianza personal de Albert Rivera, mientras que Igea, aparte de ser diputado del Congreso, siempre ha contado con el aval del influyente Garicano, quien ya intercedió por él cuando militaba en las filas de la UPyD. En dos palabras, que si Fuentes antes pintaba poco en Madrid (en este caso, mejor dicho en Barcelona), ahora pinta todavía menos, por no decir prácticamente nada. Pero ya se sabe que el marido suele ser el último en enterarse.