Luis García Jambrina, el aire de su vuelo
Uno de los autores de novela histórica más originales y rigurosos de un subgénero con el que recorremos las páginas del pasado
Tienen las lentes de Luis García Jambrina una curva de rúbrica antigua, un aire de antiparras quevedescas que, con su perilla de de caballero de otro tiempo nos hace imaginárnoslo la pluma en la mano, rodeado de legajos en un ejercicio solitario de vuelo sobre el manuscrito. Sean de piedra, de nieve o de fuego, las páginas de García Jambrina nos embarcan de nuevo en un viaje prodigioso de la mano de tres mujeres que relatan el intento de asesinato del rey Fernando el Católico en el año en el que todo pasó en La corte de los engaños.
Luis G. Jambrina: Me habían comentado que había pocos personajes femeninos en mis novelas, y eso que la protagonista de mi novela En tierra de lobos es una mujer basada en la periodista de "El Caso" Margarita Landi. El argumento era un proyecto que tenía desde hace tiempo y que había dejado aparcado desde que escribí El manuscrito de piedra. Tomar a las mujeres como narradoras fue un reto a la hora de contar esta historia lejos de la crónica oficial. Partiendo de ese hecho histórico poco conocido fui haciendo un desarrollo de este episodio en una época en la que no tenemos testimonios femeninos. Cada una de estas mujeres, la noble catalana, la joven judía y Beatriz Galindo, la Latina, tienen mentalidades diferentes y representan una parte distinta de los conflictos de la época.
Charo Alonso: Después de tantas series de televisión sobre los reyes "catódicos" es sorprendente que le dediques un libro al intento de asesinato de Fernando de Aragón.
Luis G. Jambrina: La escritura para mí siempre es un reto y estaba claro que yo quería hacer algo diferente, no focalizarlo en los reyes, sino que los protagonistas fueran ni Isabel ni Fernando, sino las víctimas de la historia.
Charo Alonso: Mi personaje favorito, aparte de la reina, magníficamente retratada aunque la quieras sesgada, es Beatriz Galindo, La Latina. De nuevo haces un guiño a Salamanca como en todas tus obras. Eres el cronista del pasado literario de Salamanca.
Luis G. Jambrina: Con El manuscrito quise trabajar con Fernando de Rojas, y menos en el caso de Bienvenida, Frau Merkel, así ha sido hasta ahora más o menos. Empezó todo con un libro de cuento sobre enigmas literarios situados en ciudades muy históricas y literarias como Salamanca o Toledo. Fue un libro que no circuló mucho, pero se habló de él, se me ocurrió seguir y es cuando surge la primera novela.
Profesor de literatura moderna en la Universidad de Salamanca, su protagonista literaria, Luis G. Jambrina es uno de los autores de novela histórica más originales y rigurosos de un subgénero con el que recorremos las páginas del pasado en el que podemos imaginarle como un caballero renacentista la mano en la espada y en la pluma, presto al humor, a la estocada irónica y a la defensa del honor del denostado éxito de la novela histórica, cuerpo a cuerpo.
Luis G. Jambrina: La novela histórica no solo nos explica el presente a través del pasado, también tiene una función didáctica combinada con el entretenimiento. Son novelas que enganchan con personajes interesantes. Yo las veo como una prolongación de mi trabajo como profesor. La novela histórica parece un elemento de consumo y no se le da importancia, hay un prejuicio académico hacia ella. Yo me niego a separar la investigación de la voluntad divulgadora. La ciencia tiene que divulgarse, esto en España falla mucho, en Inglaterra o en Francia es mucho más común mostrar la propia historia de una forma divulgativa. Y buena prueba de que funciona es que acabo de hacer un recorrido histórico y literario por Salamanca con un Instituto de Valladolid que ha leído El manuscrito y ha venido a ver los escenarios de la novela.
Charo Alonso: Un éxito de público que no tiene reconocimiento académico.
Luis G. Jambrina: Cuando la novela histórica se hace bien es uno de los géneros más interesantes, llena de prejuicios entre los críticos por eso hay que reivindicarla, porque cumple literariamente como algo muy digno. En el caso de El manuscrito de piedra sigue reeditándose, se lee en los institutos, se trabaja en Universidades de la Experiencia, tiene recorrido.
Charo Alonso: Has practicado la novela histórica y otro subgénero denostado, la novela negra.
Luis G. Jambrina: Hay muchos prejuicios, se dice que la novela negra es de izquierdas y la novela histórica, conservadora. Quizás esto viene de que se originó en el Romanticismo cuando había una cierta nostalgia de lo medieval. De todas formas, en todas mis obras siempre hay un guiño a la realidad.
Charo Alonso: Cierto, La corte de los engaños está llena de referencias actuales y es, como todas tus novelas, un prodigio de documentación ¿Cuál es la delgada línea entre la documentación y la invención?
Luis G. Jambrina: Yo me documento mucho y a partir de ahí, invento. Y todas las invenciones tienen una base literaria. Es cierto que Cervantes tuvo relación con la reina Isabel de Valois aunque quizás lo que cuento no ocurrió, pero eso parece muy cervantino en La sombra del otro. No es nada extraño que el que cuenta la historia sea un señor que tiene cuentas pendientes con Cervantes. En el caso de Beatriz Galindo, la alumna latinista de Elio Antonio de Nebrija en Salamanca, nadie afirma que fuera violada por el rey, pero sí hay un interés en decir cuándo nace su hijo, un hijo que se llama Fernán y que tiene como padrinos a los reyes y que recibe después muchas prebendas.
Charo Alonso: Cierto, se trata de leer entre líneas. Hay en el dos temas absolutamente actuales: el problema de Cataluña y la convivencia entre el Islam, el judaísmo y el cristianismo.
Luis G. Jambrina: Sí, hay un paralelismo muy curioso entre la crisis de los remenças catalanes en 1492 y la situación actual. Es un tópico afirmar que los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla, pero también se dice que la historia se repite una y otra vez? por lo tanto, ese conocimiento no te va a servir de nada. Yo creo que puede haber un momento en el que se tome conciencia y se cambie, lo que sé es que ahora todo esto no tiene solución, va in crescendo y siempre habrá motivos de querella. Otra cosa que se aprende es que hay mucha torpeza a la hora de intentar resolverlo. Los que están en contra son los que más lo alimentan, y lo han alimentado porque se le ha dado mucho poder, es una bola imparable.
Charo Alonso: ¡Carmen no ha leído la novela y se la estamos "espoileando"! Tiene tanto dentro, por ejemplo, esa estructura que nos recuerda la de Crónica de una muerte anunciada. El atentado está ahí, es como el de JFK, una mano que parece tener detrás una conjura.
Carmen Borrego: Me la he pedido para navidad, para leerla tranquila y me la estáis destripando?
Luis G. Jambrina: Sí, se ha comentado esa relación con el asesinato de Kennedy, no es nuevo que los magnicidios, aunque no sean un éxito, tienen consecuencias. Cuando sobrevive el personaje se encumbra, se autojustifica, como le pasó a rey Fernando.
Brutal, desnudo de toda dignidad en las escenas sexuales, sometido a la inteligencia de su esposa Isabel, el Fernando de Jambrina es todo un hallazgo así como la reina Católica que dice más de lo que cuenta. Ambos, retratados a base de pinceladas certeras en el relato de Beatriz Galindo, la voz más original y profunda de la obra, demiurgo de toda la acción.
Charo Alonso: Conoces a la perfección la época, te manejas perfectamente y acabas haciendo una novela negra situada en los años 50 y una sátira donde unos remedos de "Bienvenido Mister Marshall" quieren recurrir a la Merkel?
Luis G. Jambrina: Con el libro de la Merkel quería desencasillarme. Hay que reivindicar la novela histórica, si intentas hacerla bien, atender a todo y ser innovador es agotador. Necesitas salir un poco, que te dé el aire, escribir otro tipo de novelas que no precisen tanto. Lo de la Merkel fue una sátira, un intento de ensayar diferentes tonos de comedia. El detalle, la documentación de la novela histórica es agotador. La corte de los engaños está basada en las crónicas que hablan del atentado, de cómo fue terriblemente castigado el culpable. Eso es lo que hay que contar, pero también está el detalle que no aparece en la crónica y eso me importaba mucho, por ejemplo ¿Cómo habla de su menstruación una dama de la reina? Yo le preguntaba a la profesora y poeta Mercedes Marcos si realmente estaba acertado desde la perspectiva de una mujer.
Charo Alonso: No es solo una gran novela histórica, es vertiginosa, es adictiva, es un relato misterioso de Isabel la Católica ?Carmen protesta de nuevo detrás de su cámara, fascinada por la cristalera de El Novelty que enmarca el perfil numismático de Jambrina, frío transparente en esta mañana de Plaza Mayor salmantina- es profundamente visual.
Carmen Borrego: Hay que ver, qué ganas de leerla ¿Qué hace Luis García Jambrina en su tiempo libre?
Luis García Jambrina: Ver series de televisión, eso hago, salgo poco. Veo series de televisión que son el nuevo discurso narrativo, tienen voluntad literaria, han recuperado lo que le falta ahora al cine.
Charo Alonso: Un escribiente fascinado por el siglo XVI viendo temporadas enteras.
Luis García Jambrina: Sí, después de tanta investigación todo el día hay que tomar un poco el aire. Todo es compatible.
Reímos entre la madera, el metal, el mármol que ya burbujea de café tardío y caña temprana. Las mañanas de frío charro tienen esta cualidad tirante de luz y gente. Uno espera que Jambrina se levante de la mesa de mármol blanco ciñéndose la capa y guardando el cuchillo con el que ha abierto para nosotras la granada exquisita del año 1492: la revuelta de los catalanes, la conquista de Granada, la expulsión de los judíos, la publicación de la primera Gramática Española nacida en Salamanca Esa fue la verdadera noticia tras Granada, América ocupó pocas páginas en la actualidad de la época, afirma Jambrina, quien nos ofrece, grano a grano, la riqueza de un tiempo prodigioso, de un año magnífico en una corte de los milagros donde la pregunta no era quién intentó matar al rey, sino quién no tenía motivos para hacerlo. Una fruta llena de luz y de sabrosas páginas que leer, grano a grano, haciéndolos estallar en la boca, con el placer del descubrimiento, con el placer de verle caminar por esa Salamanca que lee en sus páginas, con la gracia sólida del vuelo de su pluma, Luis García Jambrina.
Charo Alonso. Fotografías: Carmen Borrego.