No dejes de cantar, Victoria

La música salamantina tiene una voz, y la acompaña una sonrisa tan deslumbrante y cálida como el café donde nos ha citado. Y esa voz que en los conciertos suena poderosa, capaz de subir y bajar escalas propia de una maestra del soul sabedora de sus dones, tiene un timbre cercano y casi infantil. Victoria Mesonero, arrolladora, poderosa, intérprete llena de fuerza, cantante que vive cada tema y cada nota, es en la cercanía íntima y cálida, plena de risas y entrega. La misma con la que aborda su segundo disco, Invicta.

Tu primer disco, A-Love salió con gran éxito en el 2011 y ahora, el segundo, en el 2016 ¿Qué supone para un intérprete editar un disco?

Un disco es una tarjeta de presentación, una oportunidad de mostrarte mejor en las entrevistas de trabajo. Supone un gran esfuerzo, pero en un campo donde no hay oportunidades porque no las hay, es una muestra de que eres capaz de presentar adecuadamente tu trabajo.

Afirmas muy seriamente que no hay oportunidades para los músicos?

Es la verdad, por muy bueno que seas siempre tienes que tener un plan B. Hay que ser realista, no puedes vivir de la música, y aunque a mí la música me lo ha dado todo ¡Me ha dado incluso a mi pareja! debemos reconocer que no puedes vivir de ella.

Hay algo sólido y férreo tras el rostro de esta mujer jovencísima que juega con la cámara, que se dirige a su madre con exquisita dulzura y que se ríe de las sugerencias de Carmen Borrego. Una sensatez y una fuerza de voluntad brutales que le han permitido levantar su proyecto "No cantes Victoria" con el que ganó todos los premios a la mejor banda musical, dar numerosos conciertos y, en la actualidad, presentar un disco en el que participan más de una treintena de músicos aparte de su grupo habitual. Un destello de acero en esta mirada risueña con la que se enfrenta al público.

¿Cómo eliges a los músicos de tu banda? Eres la autora de la letra y de la música de los temas ¿Cómo recibes las sugerencias? ¿Dejas bien claro quién es la jefa del proyecto, Victoria?

Todos son gente que conozco, gente con la que tengo confianza personal, gente muy buena en su trabajo que además, me transmiten algo. Claro que pido ayuda con los arreglos, y escucho todo lo que me sugieren. No quiero ser el líder ni la jefa, sino la responsable de que en este equipo estén a gusto, y se nota si lo están. El grupo es como un cuerpo humano con sus huesos que sujetan, su corazón, sus brazos? ¡Y su cerebro!

Hay excelentes músicos en esta ciudad ¿crees que se les apoya suficientemente desde las instituciones, con la programación de conciertos, por ejemplo?

Salamanca está despertando de nuevo, hay más bandas, más protagonismo de la música. Y sí, sí se está apoyando a la escena local aunque se puede apoyar más. La programación de fiestas ha sido fantástica, aunque yo este septiembre eché de menos una noche dedicada al hip-hop. También hay que recuperar el tema del edificio de la Salle. Aún así reconozcamos que sí se apoya a la música, por ejemplo, con las ayudas para pagar el alquiler de los locales de ensayo.

Los músicos defendéis el valor de vuestro trabajo ¿Qué hay de ocio y de negocio?

De ocio nada. Yo asumo la responsabilidad de mis proyectos, "No Cantes Victoria" no es un grupo donde se vaya a la par porque yo puedo quedarme sin nada tras un concierto, pero mis músicos siempre, siempre cobran. Esto es una empresa y a pesar de mis carencias teóricas acerca del IVA y otras cuestiones saco adelante mis proyectos.

El destello del acero. Brevísimo, porque de repente estalla en una carcajada feliz, el mismo gesto divertido con el que, en su video promocional, se sacude un hombro después de romper el cristal de un coche con la base del micrófono. La mezcla es arrebatadora y conmovedora, una muchacha, apenas una estudiante que se revela como un animal de escenario que muerde las letras, interpreta los desgarros del soul y que en la cercanía es próxima, transparente, llena de gracia. Fascinante Victoria.

Desde el escenario transmites una imagen muy fuerte, además, en las fotos promocionales y en el día a día siempre estás absolutamente perfecta?

¡Claro que sí! Yo trabajo con la gente y para la gente, les debo a mis alumnos el estar bien. Y en el escenario la imagen habla, sugiere. Por cierto, me pone nerviosa posar. Necesitas proyectar un personaje en el escenario, pero no, no me gustan las cámaras ni estoy todo el día en plan diva pidiéndole a mi madre ?Mar, su madre, nos acompaña en las risas y en las anécdotas- cualquier cosa. Sé que mi imagen le interesa a la gente y que me sugieren muchas cosas, pero todo es cuestión de disfrutar lo que te gusta y de ti mismo.

Y lo hace con una postura de diva ?uno de los mejores temas de su disco- con la que volvemos a reír a carcajadas. Los colores fuertes, el maquillaje marcado, la desarmante seguridad en sí misma. Y esa voz, esa voz inolvidable en el escenario que cuenta una historia, narra, interpreta? ya sea de pie acompañando a otros músicos o sentada frente al piano que nos recuerda que es una alumna aventajada de Chema Corvo: Chema fue el primero que me sugirió que iniciara un proyecto, que me lanzara. Chema Corvo es mi maestro, mi amigo y un exponente de lo mejor de Salamanca. Es un referente como músico, como maestro, como persona humilde.

Todos los que te seguimos esperábamos este nuevo disco ¡Por fin Invcita! Largo proceso, ¿Qué sorpresas tiene?

Es cierto que en un proceso tan largo de grabación todo lo que no tiene que pasar, pasa, hay que aceptar que sea tan largo y complicado. Quizás haber podido trabajar con Mario Delgado en la intro del disco, suena a banda sonora y es algo que no se ha visto hasta ahora. Me gusta esa mezcla conseguida que no es solo soul ni funky, que es rhythm and blues, hip hop, reggae? se trata de un trabajo lleno de gente y lleno de mezclas.

Victoria, pero la gente no compra discos ¡Aunque es cierto que les va el merchandising! Hay otra manera de escuchar música a través de internet, sin pagarla ¿Cómo lo ves?

Ahora prima la comodidad, no comprar el disco, sino descargarlo en ITUNES. Yo ya no imprimo carteles, por ejemplo, y era de las que le encantaba diseñarlos, encargarlos, olerlos? Ahora la gente está pegada al teléfono y todo se muestra por internet, pero a mí sin embargo me piden camisetas, es decir ¡No compran música pero sí objetos relacionados con ella! Internet ha facilitado mucho la expansión de la música pero ahora no somos unos cuantos, somos tropecientos. Se da acceso a todo el mundo en internet, gente buenísima, buenísima, eso no es malo. Y en cuanto al disco, a mí me gusta el objeto, tocarlo, verlo? claro que ahora hay otras prioridades y ya no se venden, es más fácil oír la música por internet, para qué negarlo.

De ahí que afirmes que se necesita un plan B. Eres una excelente profesora de canto?

Me gusta mucho mi trabajo de profesora, me implico mucho, me encariño mucho con mis alumnos. Y también tengo proyectos de traducción, que es un tema que también me apasiona.

Con la enorme seguridad que transmites en el escenario y en tu vida cotidiana no me creo que te pongas nerviosa antes de una actuación.

Pues sí, me pongo nerviosa, luego salgo y ya? si ves una buena respuesta del público se van todos los nervios y disfrutas.

Mar, aunque hay otro músico por ahí por la familia ¿Había ambiente musical en la casa?

Nadie que fuera profesional, como lo es ella que ya con veinte años estaba en todo esto, sola, sin ayuda de nadie, con mucha seriedad. Su padre tocaba el piano de oído y escuchaba mucha música con ella, y ella, desde muy pequeña, siempre estaba interesada por la música, escuchando, disfrutando?

Armonía. No solo en la cercanía que transmite esta cantante que, incluso en reposo tiene la callada expectación de una cuerda bien tensada. Nadie que haya visto y escuchado a Victoria Mesonero en un concierto puede sustraerse a la fascinación por su persona, a su fuerza. Incluso en silencio soy capaz de oírla y de verla como una Aretha Franklin inclinada sobre su teclado. Sin embargo, con una sacudida feliz, surge el apasionado encanto de una mujer llena de alegría que deja a un lado el dramatismo con el que canta y se entrega feliz a lo que ama. La melena roja cae sobre un hombro y le hace un guiño a su madre con esa mirada expresiva delineada con mimo. Un guiño cómplice también para la cámara de Carmen. Con ella todo es calidez y esa cercanía con la que le pedimos, nunca dejes de cantar, Victoria.

Charo Alonso

Fotografías: Carmen Borrego