Agentes de Medio Ambiente confirman la muerte de un becerro en Sobradillo por ataque de lobo

Agentes de Medio Ambiente confirmaron ayer a su propietario, un ganadero de la localidad de Sobradillo, la muerte de un becerro por ataque de lobo. El suceso tenía lugar en la madrugada del jueves y la nueva víctima era, en esta ocasión, un ternero de escasos días de vida y que aparecía devorado con signos de haberse alimentado de su cuerpo más de un lobo.

Desde hace unas semanas los ataques de lobo se han intensificado en la comarca del Abadengo. Cabe recordar el suceso que en esta misma localidad se producía hace una semana sobre un rebaño en el que se contabilizaron en un principio ocho ovejas muertas y una veintena de desaparecidas, el denunciado el pasado sábado en Ahigal de los Aceiteros, con un becerro muerto, o el del 17 de octubre contabilizado en Olmedo de Camaces y donde también apareció un ternero de escasos días devorado.

Hay que recordar que desde el pasado mes de marzo la Junta estableció la compensación de los daños mediante un seguro, aunque los ganaderos muestran su disconformidad con esta solución por la intranquilidad que les produce no saber qué pueden encontrarse en sus parcelas a la mañana siguiente, y lo que es peor, temen que de no tomar ningún tipo de medidas de control de las poblaciones de lobos, sean estos los que finalmente queden en el campo.

Por ello, reclaman que se hagan efectivas las autorizaciones vigentes desde hace un año para abatir dos ejemplares en la zona y reducir así la intensidad de los ataques, al mismo tiempo que facilitaría la estabilización de las poblaciones de este cánido protegido al sur del Duero y que únicamente puede regularse mediante autorizaciones excepcionales cuando produzca daños a la ganadería y no haya otro método de control posible.

Ha quedado demostrado en los últimos años el aumento de las poblaciones de lobo tanto al norte como al sur del Duero por el escaso número de ejemplares que son abatidos respecto al nacimiento de nuevas camadas. Esto ha provocado un aumento de la conflictividad con la ganadería, particularmente la de extensivo como la que se practica en la comarca de Vitigudino por sus aptitudes para este tipo de régimen.

Los ganaderos temen que de no practicar un control efectivo, las poblaciones del cánido se le vayan de las manos de la Administración como ha sucedido con otras especies, léase cigüeñas, buitres, cormoranes, etc., causando un nuevo desequilibrio. Cabe recordar que en zonas como la que abarca el partido judicial de Vitigudino el lobo carece de presas naturales y que la presencia de ganado en régimen de extensivo aparece con ratios muy por encima de la media, por lo que unido a la escasa presencia del hombre en el campo, este espacio se convierte en el caldo de cultivo perfecto para continuar progresando en la expansión de sus poblaciones.