Pruebas recientes de la necesidad de la jurisdicción universal: los casos de Bosnia y el Congo.

Autor: Nicolás Riaño Jiménez. Activista de Derechos Humanos.

Uno de los elementos principales de la justicia es su aplicación efectiva, sin esta se convertiría en papel mojado, por eso los estados deben garantizar no solo herramientas nacionales sino también internacionales para que esta se aplique de manera adecuada. La Jurisdicción Universal es una de las herramientas necesarias para el cumplimiento de parámetros de justicia, verdad, reparación y garantías de no repetición en la medida que permite una aplicación extraterritorial de la ley sin importar las delimitaciones geográfico-políticas.

Entre los años de 1992 y 1995 se dio la denominada guerra de Bosnia en el territorio de Bosnia y Herzegovina; tras la declaración de independencia de Eslovenia y Croacia de Yugoslavia, los bosnios y los bosnio-croatas impulsaron un referéndum para que Bosnia y Herzegovina declara su independencia, en oposición a este plan estaban los serbios y boicotearon el mismo. Finalmente el 5 marzo de 1992 Bosnia y Herzegovina se autoproclamó independiente contra de la voluntad de la parte serbia ortodoxa, y el 7 de marzo nacía la República Srpska, constituida por los serbios, que tenía el control de aproximadamente el 70% del territorio, y tuvieron lugar cruentas confrontaciones armadas entre los partidarios de la independencia y la República Srpska. Los bosniocroatas llegaron a ocupar un 51% del territorio de Bosnia-Herzegovina hasta llegar a Bania Luka, y frente al peligro de perder la capital los serbios firmaron los Acuerdos de Dayton el 14 de diciembre de 1995 previo al armisticio.

En este conflicto hubo cerca de 100.000 víctimas entre civiles y militares y 1,8 millones de desplazados, genocidios, violaciones masivas y sistemáticas y limpieza étnica que consistía en la intimidación, la expulsión forzosa hasta el asesinato de la etnia.

Quien ocupó el cargo de presidente de la República Srpska y fue su cabeza visible era Radovan Karad?ić, que no había sido juzgado por dichas conductas hasta que el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), recientemente lo condenó a 40 años de cárcel.

Jean Pierre Bemba, quien lideró las fuerzas del Movimiento para la Liberación de Congo (MLC) en el golpe de Estado en la República Centroafricana entre los años 2002 y 2003, es responsable de asesinatos, torturas, saqueos y violaciones en las acciones que se produjeron en dicho país. Estos crímenes de guerra y de lesa humanidad habían quedado impunes, inclusive permitiendo que Bemba llegara a la vicepresidencia de la República Democrática del Congo y se postulara a la presidencia de la misma, hasta que la Sala Tercera del Tribunal Penal Internacional ha declarado por unanimidad a Jean-Pierre Bemba culpable de crímenes contra la Humanidad y tres cargos de crímenes de guerra.

En la práctica la Jurisdicción Universal permite que casos como los asesinatos, saqueos y violaciones perpetrados por el Movimiento para la Liberación del Congo en dicho país, y por lo cual fue condenado Jean-Pierre Bemba, o como el caso de Radovan Karad?ić, condenado por genocidio tortura y violación, no queden en la impunidad ya que las condenas se han dado por la aplicación efectiva de la Jurisdicción Universal.

A modo de conclusión, es importante reconocer no solo la importancia sino la necesariedad de la Jurisdicción Universal ya que con esta se pueden adelantar actuaciones judiciales sin importar el lugar geográfico e impedir que conductas tan deleznables queden sin ser efectivamente sancionadas, no solo para castigar a los criminales sino como garantía para las víctimas, y en ese sentido se desarrollaría de manera adecuada la justicia, porque se debe aplicar en todo lugar y no solo en algunos espacios geográficos.