Salamanca lidera la siembra de semilla pirata en Castilla y León

'Semilla certificada. Juntos sembramos el futur0' ha sido una de las ponencias, impartida por el ingeniero agrónomo José Vicente Alcántara, en el marco de las jornadas profesionales, inauguradas por el presidente de la Diputación, Javier Iglesias, que ha destacado la importancia de la agricultura y la ganadería para la provincia, así como el alto nivel de tecnificación del sector, "con grandes dosis de conocimiento y de un alto grado de profesionalidad".

Alcántara ha explicado que, a pesar de una mayor concienciación por parte de los agricultores, sigue habiendo fraude en el uso de las semillas, "es más la semilla fraudulenta que la legal". Más que una cuestión económica, aseguró que se trata de falta de información sobre qué es la semilla certificada "y lo que puede acarrear no cumplir con la información vigente", desde una multa hasta pena de cárcel. En Castilla y León se utiliza hasta un 35% de semilla certificada, pero es una de las comunidades, junto a Castilla-La Mancha, "donde el uso de semilla pirata es más alto de España", explicó Alcántara. En el caso de Salamanca, se encuentra a la cabeza de la Comunidad en el empleo de semilla fraudulenta.

Alcántara también ha asegurado que una parte de los ingresos por el uso de semilla certificada se destina a investigación, "por lo que el uso de semilla fraudulenta ralentiza el desarrollo de variedades más productivas", un control que en España realiza el Seprona y un ente gestor nacional, Geslive, que aglutina a la mayoría de los obtentores de semilla y vela por el uso de semilla. Porque, explicó, el fraude no se puede ver, "sólo se detecta si se analiza la semilla, porque el fraude se produce por el uso de variedades protegidas sin los derechos". En este sentido, afirma que el agricultor tiene que hacer una declaración para el reempleo del grano, haciendo referencia a la variedad sembrada, que es donde se suele cometer el fraude. El agricultor puede sembrar variedades libres sin pagar royalties, el problema llega cuando se utiliza una variedad protegida, más productiva, sin pagar.

Para este ingeniero agrónomo, "no debe verse como un coste, sino como una inversión", recordando que la elección de la variedad es clave porque influye en gran medida en el rendimiento de los cultivos. La evolución del consumo de semilla certificada tiene en la actualidad una tendencia al alza.

Otro de los ingenieros agrónomos que ha participado en las jornadas, Ricardo Sánchez, ha abordado el tema de los fitosanitarios sobre las malas hierbas. Durante su charla, ha explicado que cada vez hay más limitaciones respecto a principios activos, como son los isoproturon, el triasulfuron o el glisofato. "Hay que concienciarse que debemos aplicar las dosis correctas de cada producto porque si una planta queda tocada, lo único que conseguimos es que se haga resistente a ese producto", ha explicado Sánchez, quien ha abogado por un tratamiento pre siembra y trabajar bien la rotación de cultivos, para controlar las malas hierbas.

La jornada ha finalizado con la intervención de José Ignacio Tobalina, delegado de marketing de Bayer, quien ha abordado temas como la selección de semillas y el calendario de tratamiento de malas hierbas durante el otoño e invierno.

Fotos: Alberto Martín