Fiesta

Es un acontecimiento humano necesario. Los hombres, desde tiempo inmemorial, han tomado la iniciativa, después de la recogida de los frutos, de alegrarse con la amplitud abundante de la recolección. Por eso, en un mundo predominantemente rural, han abundado las fiestas de recogida de la cosecha, fundamentalmente a la terminación del verano.

Es verdad que, en estos tiempos ya menos rurales y más ciudadanos, se han ido incluyendo fiestas a lo largo de todo el verano. A veces, aunque las fiestas ordinarias tengan lugar a lo largo del año, incluido el invierno, el otoño o la primavera. En el verano se repiten las fiestas para dar facilidades a la asistencia por parte de los que han tenido que emigrar, y que aprovechan las vacaciones de verano para regresar y pasar algunos días de merecido descanso con sus familiares en sus propios pueblos de origen.

Hoy ya con frecuencia las fiestas tienen un sentido puramente o predominantemente laico. No era así antes. Las fiestas solían ir ligadas siempre a la celebración de algún misterio de Cristo ?el Corpus, la Transfiguración, la Exaltación de la Santa Cruz o Cruz de septiembre por oposición a la Cruz de mayo, el Cristo de Cabrera?--, o de la Virgen ?Visitación, Asunción, Natividad?aun adornada de diversos títulos como en nuestro caso: Virgen de la Vega, Virgen de la Peña de Francia, Virgen de Valdejimena? O con referencia a las fiestas de los Santos: San Bartolomé, San Roque, San Andrés, Santa Isabel, etc., etc.

En muchas ocasiones ya las fiestas religiosas pasan a segundo plano, si es que no desaparecen totalmente. Pero generalmente siguen siendo el arranque de todas las fiestas de corte ciudadano que animan y prolongan nuestros programas de fiestas, generalmente promovidos por los ayuntamientos, con participaciones populares como, además de las verbenas, con paelladas populares o comidas comunitarias de diverso tipo.

En Salamanca, la que abre nuestras fiestas de verano, ya casi otoño, es la Virgen de la Vega. Se comienza con una novena, con predicadores procedentes de diferentes ámbitos pastorales de la diócesis, y adornada cada día este año por un coro eclesial de diversa procedencia. En la víspera de la fiesta, tiene lugar la procesión y la ofrenda de flores a la Virgen en la puerta de Ramos de la Catedral Nueva.

Y en el día de la fiesta, se celebra la misa solemne con asistencia de abundantes fieles, de sacerdotes, canónigos y religiosos, bajo la presidencia del señor obispo, y con la ofrenda a la Virgen del excelentísimo señor alcalde de la ciudad de Salamanca, cuya patrona es la Virgen de la Vega, y con presencia y ofrenda también de la representante de la Asociación de Señoras Virgen de la Vega.

Luego sigue el pregón de fiestas y el cohete de salida de las jornadas festivas. Y fuegos artificiales, y grupos musicales en la plaza Mayor, y toros, y teatro, y musicales, y circo. Una gran variedad de espectáculos y celebraciones, con manifestaciones en el ferial, bajo el arco de luces que se encienden al iniciar las fiestas. Y con otras y diferentes manifestaciones en las calles y plazas de la ciudad, y hasta con el mercado cervantino, que este año se dedica, como es lógico, a conmemorar el centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote, que escribió y publicó nuestro insigne escritor de las letras patrias Don Miguel de Cervantes.

Estamos ya en plenas fiestas. Durante más de ocho días podremos incluso gozar del reposo en compañía, y del buen yantar de "tapas variadas" en la multitud de casetas que pueblan buena parte de nuestras calles y plazas. Sin olvidar las casetas regionales que adornan el Campo de San Francisco. La fiesta sigue. A gozar, a descansar, si se puede, y a disponerse a iniciar el curso escolar con el ánimo remozado y las fuerzas recuperadas.